lunes, agosto 22, 2016

El frío peso del nombre

DUELO XXIII

Fargo (película)
vs
Fargo (serie - 1ª temporada)
vs
Fargo (serie - 2ª temporada)

Hace unos años, cuando se anunció la serie de Fargo, creo que todo el mundo se sorprendió. No parecía algo natural. La película era una obra de culto, el nombre pesaba mucho y era raro imaginar una secuela en forma de serie de televisión casi 20 años después. No había trama para ello y nadie esperaba mucho de la serie, era algo así como si -salvando mucho las distancias- anunciasen una serie ambientada en el mundo del Padrino o de Blade Runner. Nadie había pedido una serie de Fargo, el nombre podría funcionar para promocionarla... aunque tampoco estamos hablando de una película muy conocida por el gran público, y precisamente el público potencial más cinéfilo era el que más podía mostrar en contra de este tipo de producto.

El resultado fue, sorprendemente, un éxito. Una serie que rivalizó en su día con la primera temporada de True Detective (ver reseña). Una serie que capturaba bien el espíritu y la estética de la película de los Coen. Una serie que además consiguió sobrevivir a su propio éxito y diseño una segunda temporada tan buena como la primera como al mismo tiempo radicalmente distinta a esta. Una segunda temporada que, siendo la menos "Fargo" de estos tres productos, es también mi favorita de toda la franquicia.


La estética

Creo que en este punto gana la primera temporada de la serie. Obviamente el mérito es de la película original, que definió ese desierto helado donde no había nada y uno tenía la sensación de que todo podía ocultarse. Esos grandes páramos helados, salpicados de bosques espesos y lagos congelados suponían un paisaje terriblemente sugerente, una extraña mezcla de calma y hostilidad extrema. Un escenario que invitaba a quedarse en casa porque, fuera, aunque los mapas lo negasen, podían morar dragones.
La fotografía de la película original es sencillamente increíble. Pero la serie captura a la perfección esa idea, e incluso consigue potenciarla con secuencias tan espectaculares como la del tiroteo en la ventisca.
No obstante, la segunda temporada me encanta, y dentro de todo lo distinta que es a la original, me parece también un acierto renunciar al frío, mostrando esos mismos paisajes sin hielo. La serie pierde algo de fuerza visual, pero el enfoque de la temporada es distinto y me parece un acierto no volver a incidir en el mismo tipo de fotografía y dar un descanso al espectador.
En esta categoría hay un empate reñido entre la película y la primera temporada, pero finalmente me decantó por la serie de televisión.

La mezquindad y el patetismo

La victoria es aquí para la película, donde creo que las elipsis narrativas y la falta de minutos no juegan en su contra. La película es muy corta, y quizás con algunos minutos más ganara en desarrollo de personajes, pero sabemos todo lo que necesitamos saber de estos. Todas las acciones quedan perfectamente expuestas y justificadas, y todo lo que sucede a partir del escenario original es un simple ejemplo de como los planes no salen como uno funciona y como, cuando hay dinero y sangre de por medio, el egoísmo de las personas lo empeora todo.
Creo que en la película es donde mejor se muestra el patetismo y la cutrez de las personas normales, el como se creen capaces de cualquier cosa y luego en verdad no saben hacer nada... con el contrapunto de la modestia del personaje de Frances McDormand y su grandísima sherif que lo hace todo sin prisa pero sin pausa.
En la primera temporada de la serie, por haber más tiempo para desarrollarlo todo, creo que esta idea de difumina un poco. Por un lado tenemos a Malvo, demasiado al servicio del guión, y por otro tenemos a un Lester que sencillamente en ocasiones es incomprensible para el espectador. En la segunda temporada en general los personajes son todos bastante competentes, y este patetismo no existe más allá de la pobre revolución feminista que intenta llevar a cabo el personaje de Kirsten Dunst y la locura a la que conduce a su marido (la escena de la cabaña es lo más brutal a nivel de humor negro de toda la franquicia). 
En esta categoría gana la película, quedando en segundo lugar la primera temporada de la serie y en tercero la segunda.


La trama.

La victoria aquí es, claramente, para segunda temporada. La película tiene una trama muy sencilla y funciona, pero la trama de la segunda temporada implica sencillamente una guerra de bandas mafiosas en la que un matrimonio y unos pobres policias acaban inmersos de casualidad. Y la guerra tiene sentido y está bien expuesta, y la familia de mafiosos principal es casi tan protagonista como "los buenos" y están tremendamente bien definidos. El guión desarrolla bien el conflicto y el ritmo de la serie es excelente, con algunas ideas muy buenas de montaje.
La trama de la primera temporada es bastante flojita, captura el espíritu de patetismo antes indicado, y la serie va de llevar personas normales a situaciones límites, ponerlos a mirar el abismo y ver quienes le devuelven la mirada y quienes se convierten en oscuridad. Con ese fin, la serie funciona, y además tiene la habilidad de construir un par de personajes terriblemente magnéticos, pero la trama es bastante flojita y se mueve además por unas casualidades exageradamente tramposas, además de usar otros recursos muy discutibles como hacer idiotas a algunos personajes para que los protagonistas parezcan más listos. 
Aquí, en la que para mi no deja de ser la categoría más importante, gana la segunda temporada de la serie; yendo en segundo lugar la película y en tercero la primera temporada.

Los actores.

El nivel actoral en general es muy bueno. En la película tenemos a los Coen con muchos de sus actores fetiche, y con Buscemi, McDormand o William H. Macy se va sobre seguro. Cada uno hace su papel a la perfección, y la sheriff de la señora McDormand le valió un más que merecido Oscar.
En la primera temporada de la serie tenemos a un reparto que raya a gran altura, pero todos los focos los roban Martin Freeman y Billy Bob Thornton en los papeles principales en estado de gracia. El papel de Billy Bob es un regalo, un caramelo en forma del enésimo loco psicópata deudor del Joker de Ledger, pero el actor le da una presencia brutal y lo convierte en un personaje sencillamente memorable. El de Martin es un personaje antipático, patético y mezquino; y uno no puede sino quitarse el sombrero ante lo bien que hace el trabajo el actor, transformándolo de un tímido y triste vendedor de seguros a alguien muy retorcido y oscuro.
En la segunda temporada nuevamente el nivel actoral es muy bueno, con una Kirsten Dunst en estado de gracia y un Jesse Plemons que le da perfectamente la réplica. Todo el resto de actores están muy bien... pero caen bien. El guión está tan bien escrito y todos los personajes tienen unas motivaciones tan claras y razonables, y están tan bien interpretados... que uno empatiza con ellos. En ese sentido me quedo antes con la película y la primera temporada, porque sencillamente creo que eran roles más complicados y los actores consiguen sacarlos adelante.
Aquí, mi ganadora sería la primera temporada, después la película, y después la segunda temporada.


Resultado final

Los tres productos tienen una gran calidad y son muy recomendables, y además están muy sutilmente relacionados y se pueden considerar prácticamente independientes los unos de los otros, lo cual los hace muy accesibles y les da entidad propia.
La primera temporada de la serie hace honor a la película, capturando la idea de esta y expandiéndola a lo largo de 10 horas con un número mayor de personajes y más situaciones. Y en la segunda temporada, ya con el éxito de la anterior a sus espaldas, se nota que los creadores tuvieron más libertad para intentar cosas nuevas, construyendo una serie más distinta a la obra original pero en mi opinión más disfrutable aún.

Mi ranking actual sería:
1 - Segunda temporada de la serie de televisión.
2 - Película
3 - Primera temporada de la serie de televisión.

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