viernes, septiembre 30, 2016

Las brillantes cenizas del shonnen

Ashita no Joe

No es una serie fácil de ver, me ha costado un par de años hacerlo, con parones muy prolongados en ocasiones, pero al fin he conseguido ver "Ashita no Joe". El manga original es uno de los shonnen de culto en Japón, un spokon mítico, una de esas obras que cambió el medio y moldeo el género deportivo en sus inicios, una serie tan popular en su día que incluso hizo que cambiaran algunas algunas pautas de publicación (antes los mangakas colocaban su dirección en los capítulos para recibir las impresiones de los lectores, tras cierto evento de la historia el autor recibió tantísimas cartas y tantísimas quejas que su dirección dejó de aparecer). Pero "Ashita no Joe", además de una historia terriblemente ágil y emotiva es, sobre todo, una descarnada radiografía de la sociedad japonesa de los 60.
"Ashita no Joe" nos cuenta la historia de Joe, un adolescente que vaga por el Japón de las cloacas del Japón del milagro económico. Joe no sabe hacer otra cosa que pelear y enfrentarse a todos para defender una libertad que es lo único que tiene. El azar le lleva a conocer a Danpei, un antiguo boxeador que malvive para pagarse su próxima botella de sake, y Danpei verá en la naturaleza violenta de Joe la esperanza de convertilo en un gran boxeador. 


Pero el primer error sería pensar que esta es una serie de boxeo. No lo es, o al menos no lo es como pudiera serlo "Hajime no Ippo" (ver etiqueta). Esto no es una serie deportiva, esto es un señor drama sobre la busqueda de la identidad, la superación, la juventud y la soledad. Pasan unos veinte capítulos hasta el primer gran enfrentamiento de boxeo, y durante todo ese tiempo el personaje rehuye del ring y se dedica a meterse en todos los problemas que puede. Incluso una vez cuando Joe se acepta a si mismo como boxeador, la serie no se centra en los combates, que salvo muy contadas excepciones se resuelven normalmente en unos pocos minutos. Esta serie es un drama en el que vemos como un niño salvaje, irreflexivo y violento porque siempre ha tenido el mundo en contra, poco a poco va integrándose en la sociedad, conociendo y valorando a personas semejantes y distintas a él, mientras hace lo único que sabe hacer o al menos aquello con lo que se siente libre.
También hay que decir que, el hecho de que el deporte sea una metáfora, una herramienta narrativa, hace la serie más creíble. Joe es un pésimo boxeador la mayor parte del tiempo y tarda mucho en adaptarse a las reglas del ring, pero esto, además de ser un paralelismo dramático, aporta realismo al aspecto deportivo. Joe hace trampas y Joe pierde. Joe es fuerte y es un auténtico salvaje, pero la serie no duda en humillarse o apalearle. No obstante, también hay que decir que la serie abusa del dramatismo, siendo auténtica demencial en algunos momentos, con una cantidad de lesiones mentales y psicológicas de todo tipo que culminan incluso con muertes. 
Joe es un personaje dramático, simple en sus inicios, pero que poco a poco va ganando matices. Algo similar sucede con Danpei, Nishi, Rikkishi o Yoko, en general la historia presenta unos buenos personajes y los desarrolla satisfactoriamente. Y el mejor personaje de todos sería la propia ciudad, el propio Japón. Joe se convierte en algo así como una esperanza para un barrio miserable, este barrio, ese "puente de las lágrimas" bajo el que se encuentra la chabola-vivienda-gimnasio de los protagonistas es otro personaje más. La absoluta miseria de los protagonistas y sus vecinos, lo poco a lo que aspiran, los reformatorios para niños, la corrupción de todos aquellos con dinero o su simple incapacidad para comprender la realidad de los pobres... la serie ofrece una fotografía cruel y realista de una sociedad que salía de la miseria de la postguerra a base de renunciar a cualquier atisbo de libertad o individualismo.


Naturalmente, hay que advertir que no es una serie fácil de recomendar o siquiera ver. Quien quiera verla seguramente sepa muy bien donde se mete, pero no esta mal recordarlo y, obviamente -a pesar de colocarle la etiqueta de "imprescindible" por su importancia histórica- esta no es una serie que se pueda recomendar a la ligera.
La adaptación al manga se compone de una serie de 79 episodios y una segunda de 47 (no obstante, habría que señalar que en verdad los últimos 25 capítulos de la primera parte tienen mucho relleno e invención y que los 12 primeros de la segunda cuentan esa misma historia). La primera serie es del 70, la segunda del 80... eso es duro de ver.
La animación japonesa (ver ejemplo) envejece mucho mejor que la occidental (ver ejemplo), pero aún así hablamos de un productor muy antiguo y muy duro para los ojos hoy en día. La animación de la serie original es muy ortopédica y se rige por mínimos, brusca, con trazos gruesos y movimientos muy ortopédicos, con efectos muy cutres para los movimientos. Los diseños son antiguos, obviamente, y tampoco especialmente buenos. La serie, como ya he comentado, es bastante dura, así que tampoco creo que tuviera un presupuesto demasiado holgado a pesar del éxito del manga. Los actores de doblaje están bastante bien, mostrando la industria ya bastante seriedad en este sentido. La música es practicamente inexistente, y casi se agradece pues apenas tiene un par de temas (el silbido de Ippo y el tema de Rikkishi) y abusa demasiado de ellos.
En la serie de los 80 se mejora algo la animación, pero el minimalismo de los 70 da paso a los patrones de animación clásicos de esa época, y en mi opinión estos han envejecido bastante poco. A unos encuadres y una animación muy manidos se les une además un extraño intento de occidentalizar la serie, con una banda sonora menos japonesa y un fingido dinamismo con recursos tan cutres como una absurda obsesión por repetir por triplicado cualquier escena (algo que choca con el tono más íntimo de la serie y con el hecho de que esta segunda parte en si tiene poco material para adaptar).

"Ashita no Joe" es todo un clásico que se tiene más que merecida su fama. Es una obra dura y con muchos matices, que además sirve como documento gráfico de una época. No obstante, tanto visual como narrativamente es una serie muy alejada de los estándares actuales; es una serie muy recomendable pero sólo para aquellos espectadores que ya tienen decidido verla.

miércoles, septiembre 28, 2016

La mejor lente para ver la guerra

Escritor en guerra

Orwell es, sin duda, uno de los escritores más lúcidos del siglo XX. Un hombre que nos dejó demasiado pronto, pero que antes de hacerlo escribió dos de las más grandes joyas literarias de la pasada centuria: "Rebelión en la granja" (ver reseña) y "1984" (ver reseña). No hay literatura más compleja de escribir que la política, y este triste comunista que combatió en España ha sido quizás el hombre que mejor lo ha hecho.

Este libro recopila parte de la correspondencia del escritor desde el periodo en el que luchaba en España contra Franco hasta algo avanzada la Segunda Guerra Mundial, abarcando también el periodo que estuvo en Marruecos intentado recuperar su frágil salud. Esa sería la primera mitad del libro, la segunda serían sus diarios de guerra, en los que recopila los eventos que condujeron hasta la guerra, así como realiza una crónica de esta desde dentro durante los primeros años de esta.
Lo primero y obvio es que no nos encontramos ante una novela, y la estructura epistolar hace que tampoco veamos metáforas ni ningún otro recurso literario. Vemos la correspondencia de Orwell, le vemos opinar sobre la guerra de España, sobre la situación política de Inglaterra, sobre los Hitler y Franco, sobre Churchill y Stalin, le vemos narrar la situación de la India y tenemos un ojo dentro del complejo mundo del comunismo. No es un ficción, no deja de ser un testimonio de un testigo de una época muy convulsa e interesante del siglo XX, y como tal ha de ser leído.
El interés de este libro es histórico, y encuentra en los diarios su mejor parte. Ahí vemos como el autor narra acontecimientos previos a la guerra, analizándolos desde su prisma, vaticinando -a veces acertadamente, a veces erroneamente- hechos que estarían por llegar. Esta parte es muy interesante, se refleja muy bien la política inglesa de la época, viéndose también la mentalidad de una imperio colonialista. Somos testigos de una sociedad en guerra, viendo aspectos de economía, política y sociedad. Y al mismo tiempo lo vemos desde la óptica de un comunista intelectual, que no duda en hacer conjeturas sobre los intereses que se mueven paralelos a la guerra y que en todo momento van contra la clase obrera. Lo más interesante de este libro es el análisis del comunismo y la corrupción de su clase dominante, viendo todas las luchas que ha en la izquierda y los errores de esta; todo ello desde la óptica de un patriota belicoso que no dudaría un momento en morir por su país y cuya mayor frustración era que su salud lo mantenía alejado del conflicto.
La parte de las cartas desde España y Marruecos es menos interesante. En muchas ocasiones todo se reduce a la salud y la vida de Orwell y su mujer y amigos; lo cual es normal pues no dejamos de estar leyendo una correspondencia privada. En estas cartas, no obstante, también encontramos muchas referencias a la situación política británica y, obviamente, a la española y las luchas de poder que se libraban dentro del comunismo, siendo todas estas secciones tremendamente reveladoras sobre la situación de aquellos años y una realidad de la que apenas sabemos nada.
Es un libro que se ha de leer por interés histórico, y aunque irregular, si me parece muy recomendable en ese sentido ya que Orwell no deja de ser una de las mentes más lúcidas y honestas que tenido el placer de leer en mi vida. Señalar también que el libro no deja de ser un extraño compendio de cartas y diarios, y no se si existiran muchas versiones o si siquiera es un libro "oficial" de la bibliografía de Orwell; sólo indicar también el gran trabajo de los editores y los traductores con todas las anotaciones a píe de página, tremendamente necesarias y efectivas.

domingo, septiembre 25, 2016

Camino al décimo aniversario del blog

A finales del mes que viene este blog, tras cerca de 2000 entradas, alcanzará la década de vida. Y con este aniversario llegaran los premios de rigor del año en los que, aún sin saber si introduciré alguna novedad por la espectacular fecha, repasaré en clave de humor lo más importante de este año de acuerdo a mis aficiones y a todo aquello que he reseñado.

Y serán premios completamente subjetivos, claro, pero entre ellos como es tradición se encuentra el premio otorgado por los lectores del blog a la entrada del año, la mejor, la más curiosa, significativa o divertida... la interpretación de esta votación es completamente libre.


Las entradas que el riguroso jurado compuesto por mi persona ha preseleccionado para esta encuesta son las siguientes:

Rio de Janeiro 2016 (ver reseña) (2 de Septiembre de 2016)
Quizás la reseña más extraña o fuera de lugar del blog, pero disfruté mucho con los Juegos de este año y tantas horas invertidas merecían su reflejo en forma de entrada. No me quedó todo lo bien que me habría gustado, pero hacer justicia a tal evento requeriría miles y miles de palabras y creo que conseguí hablar de todos los deportes.

Star Wars 7 (ver reseña) (7 de Enero de 2016)
¿Reseña "Hater"? Supongo que podría decirse, pero ha sido un año muy malo a nivel cinematográfico y siempre me gustó esa idea de reseñar algo por anticipado y ver como mi predicción se había acercado a la realidad... aquí por desgracia me quedé muy corto. La lucha contra la entrada de Batman v Superman ha sido dura, pero al final esta película se ha metido en la encuesta para representar el cine mediocre.

Berserk 346 (ver reseña) (29 de Agosto de 2016)
Las reseñas de Berserk son complicadas... la serie esta bien últimamente, pero no deja de sorprender con alguna que otra salida puntual de Miura, y su ritmo es ridículamente lento, con lo cual tira mucho el recurrir a Idolm@ster y las coñas a la hora de hacerlas... pero este es un gag repetitivo y creo que no queda bien muchas veces. Con esta reseña creo que me salió algo equilibrado entre humor y seriedad.

Hunter x Hunter 356 (ver reseña) (11 de Junio de 2016)
Durante unas pocas semanas Hunter x Hunter reapareció, y la novedad de reseñarlas creo que fue buena; apenas había hablado del universo y además Togashi metio un par de giros argumentales muy bestias que daban para debates interesantes. Lastima que sea difícil imaginar cuando veremos nuevos capítulos.

Pokemon Picross (ver reseña) (9 de Abril de 2016)
Las reseñas de videojuegos siempre me quedan muy esquemáticas y se alargan hasta lo insoportable, esta me quedó corta (el juego es tan simple que no da para hablar mucho), y creo que también me quedó simpática, y es el juego al que más horas le habré echado este año... así que creo que es una digna representante de la categoría de videojuegos en esta encuesta.

Ciclo de bogart (ver reseña) (9 de Diciembre de 2015)
El año pasado, sin saber muy bien porque, acabe viendo una decena de películas de Bogart... y lo que me sorprendió este actor es difícil imaginarlo. Grandísimo actor en una serie de grandísimas películas, no puedo hacer otra cosa que recomendarlo esperando que alguien que lo descubra disfrute tan solo una décima parte de lo que yo lo hice.

Flying Witch (ver reseña) (10 de Agosto de 2016)
A veces tiendo demasiado a pensar que más letra es sinónimo de mejor reseña, y no es cierto, quizás sea todo en verdad sea todo lo contrario. Si una serie te gusta y 10 parrafadas salen de la nada, perfecto, pero si una serie te gusta y te obligas a meter esas 10 parrafadas por mera coherencia me parece un error... este es uno de mis animes favoritos de año y me quedó una reseña razonablemente corta, creo que debería ser el camino a seguir.

Chihayafuru 161 (ver reseña) (7 de Marzo de 2016)
Ayase Chihaya en su modo más epic-win. No hay más que decir. Además, esta entrada se diferencia un poco de la indiscriminada secuencia de loas en las que se suelen convertir las reseñas de Chihayafuru.

One Piece 831 (ver reseña) (3 de Julio de 2016)
Este año creo que me han salido algunas reseñas demasiado negativas de One Piece, no me parece un error, creo que igual que destaco los aciertos de manga he de destacar lo que me parecen errores. Y creo también que más que temas de la trama o la historia, me gusta hablar de estructuras narrativas o de elementos que me parecen curiosos y reseñables del manga. Esa era la idea original de las reseñas, y me gustaría mantenerla.

Duelo de Sakurakos (ver reseña) (31 de Diciembre de 2015)
Me encanta la sección de duelos, y me gustaría hacer más al cabo del año, sobre todo cuando enfrento cosas dispares como estas dos series. No son muy populares, y en este caso ni las propias series a reseñar lo eran, pero es un tipo de entrada que me da para muchas coñas y que me resulta muy divertido escribir.

En costas extrañas (ver reseña) (3 de Febrero de 2016)
Las reseñas literarias suelen ser bastante rutinarias, y tampoco es que haya habido este año ningún libro que me haya encandilado especialmente o cuya reseña me haya quedado especialmente ingeniosa... así que representando a los libros coloco aquí al bueno de Tim Powers, con cuya novela de piratas disfrute muchísimo.


jueves, septiembre 22, 2016

Yo también tuve mi época de pacifista....


Pero no el cine claro, porque una buena ensalada de tiros siempre tiene su encanto para aquellos cuyos gustos se establecieron a finales de los 80 - principios de los 90... Así pues, y fin de unificar en una única reseña algunas de las películas que he visto últimamente, ronda de reseñas de películas violentas..

John Wick

Tras haber salvado al mundo de las máquinas, Neo se ha retirado a su casita a vivir tranquilamente mientras llora en silencio la muerte de su esposa en compañía de su perro, sin embargo un día aparece Theon Greyjoy y mata a su perro, cometiendo lo que sin duda Jack Slater calificaría como grave error.
El argumento de esta películilla es tan sencillo como efectivo, y da de sobra para ver a Keanu Reeves tirarse hora y media matando con todo tipo de armas a todo tipo de mafiosos eslavos en todo tipo de escenarios. Hora y media de tiros y forcejeos, con una elegante sociedad de asesinos en un Hotel como pequeña rubrica para darle brillo a una película que destila carisma por los cuatro costados.
Es simple y llana acción de vengador, con peleas tan cortas como intensas; y si bien en general es imposible creerse lo que esta haciendo el protagonista a lo largo de la película, en ningún momento resultan imposibles de creer cada una de sus acciones o escenas individuales.
Es una película muy sencilla, hora y media de tiros a mansalva sin complejos con un protagonista molón que tiene una motivación tan simple como simpática de cara al espectador: "todos estos asesinos se han cargado a mi perro sin haber hecho yo nada, pues ahora me los cargo yo a todos". Cine de Charles Bronson, de ese que apela a nuestra maldad interior, a esa que no quiere justicia si no venganza contra los villanos, que los malos sean castigados por alguien aún peor que ellos. Todo ello rodado con los recursos de una película de hoy en día y con la libertad de una película de bajo presupuesto. Un placer culpable de principio a fin.

13 asesinos

Antes de que Kenshin derrotara a Shishio, antes de la restauración Meiji, el Japón de los Tokugawa daba sus últimos coletazos, y teníamos un shogun divinizado por ahí que hacía más o menos lo que podía, el problema es que su sobrino era un auténtico desgraciado que se pensaba descendiente genuino de Izanagi y esas cosas, y pensaba que los campesinos y toda la peña tenía que morir por el... eso en la época de sus ancestros no estaba mal visto, cuando un samurai podía comprobar el filo de su katana con el saco de arroz de un campesino o con el campesino en si. En aquella época no estaba mal visto, pero pasados los años... pues como no quedaba tan bien, y viendo que había posibilidades de que ese cabronazo ascendiera al trono imperial pues varios samurais deciden unirse para matarlo.

Takashi Miike, hombre que tiene un ritmo de producción de películas digno de Samuel L Jackson, firma el remake de una película de los años 60 que básicamente es como una versión bestia de los 7 samurais. La historia es más sencilla que nada, tenemos a un samurai muy noble que junta un pequeño grupo de asesinos para cargarse a ese principillo déspota, y está este, con su propio samurai -que además es amigo del otro samurai, pero como es muy samurai tiene que morir por su señor y eso-, y ambos grupos van a matarse, ni más, ni menos. 

La película es basicamente una secuencia de una hora de 13 samurais dando muerte a 200 samurais más en una gigantesca trampa en un pueblo. Cortes por aquí, cortes por allá, flechas volando y explosiones por un lado y por otro. Antes de eso tenemos más o menos otra hora en la que, con alguna que otra escaramuza, vemos como se forma el grupo protagonista y como todos se encaminan hacia el pueblo de la batalla. Esta primera hora no esta mal, y el guión hace filigranas para presentarnos a más de una docena de personajes, pero en verdad se nota mucho quienes son los protagonistas, los secundarios importantes y los secundarios de kimono rojo.... y uno se queda con algunas caras, pero verdaderamente uno lo que quiere ver aquí es la batalla. Y la batalla esta bien. No es realista, por supuesto, pero tiene muchos subsegmentos variados y esta lo suficientemente trabajada como para conseguir la complicidad del espectador.
La película no tiene nada, es un baño de sangre gamberro y salvaje sin apenas gore. Un divertimento macarra bastante entretenido.

Mercenarios 3

Sly y los suyos descubren que un antiguo socio -William Wallace- ha enloquecido más que el Jinete Nocturno y el Gran Humungus y es ahora otro malo metido en el simpático mundo del tráfico de armas y otras actividades de corte poco noble. Stalone pues quiere cargárselo, porque es el bueno y tiene su pequeña moral y esas cosas, pero no quiere poner en peligro a sus amigos, porque ve que están viejos y no tiene un espejo... así que acude a ese gran héroe de acción que siempre fue Fraiser para pedirle carne nueva, y este le da a un grupillo de jóvenes héroes de acción lo suficientemente prescindibles como para que a nadie le importe que desaparezcan de cara a la cuarta película, y también le da a Antonio Banderas que pasa de ser el Gato con Botas al Asno de Shreck, pero que con su locuacidad sin límites es lo más cerca que esta la película de tener un buen gag.
La idea de esta franquicia como tal es muy divertida, Sly reuniendo a viejas glorias de los 80 y rememorando el cine de aquella época como más o menos pueden. El problema es que, a los más que evidentes problemas de salud, se les suman problemas de corte cinematográfico, porque una cosa es la gansada simpática que podía ser la primera película (ver reseña), y otra cosa es el triste espectáculo geriátrico de la secuela (ver reseña). Y esta tercera entrega no es tan mala como aquella colección de "one liners" inconexas, pero mala sigue siendo un rato.
La película va a lo que va y es lo que da, y creo que más o menos satisfará a todo su público potencial (no creo que nadie que la vea se esté esperando una adaptación de "Guerra y Paz" o una gran reflexión sobre la vida, la muerte, la guerra o la ceverza)... si no fuera proque tiene un gran defecto, algo que me sacó de la película y que me parece ridículo... y es que no hay sangre. Estamos hablando de una película donde las balas y las explosiones ocupan la mayor parte del metraje... pero nadie sangra, a la gente le disparan y caen al suelo muertos y ya está. Vale, llevan chalecos y la cámara se mueve rápido... pero sencillamente es ridículo que no veamos sangre y casqueria, esa ausencia -supongo que en pos de un R-13 o algo así- banaliza y ridiculiza la violencia y hace la película insultante. No estoy diciendo que quiera una película gore, pero tampoco quiero una película donde los protagonistas no griten tacos más allá de los cuatro "mierda" que alguna regla censora permita y donde veamos como la gente de efectos especiales se gana el sueldo haciendo sangre y heridas.

Bonus track - El crack

Supongo que esta película parecerá algo fuera de contexto aquí, y basicamente la he colocado por ser lo contrario a las anteriores. Es una grandísima película hecha por Garci en sus mejores momentos... pero con una acción pésimamente rodada. Garci es un tipo que, indudablemente sabe mucho de cine, y esta no es una película especialmente violenta, pero no deja de ser extraño que a finales de los 70, con las burradas a nivel de acción que se habían visto ya, este director no recurriera a un director de segunda unidad o algo así para rodar la accíón. Es una trama de detectives y la acción no es lo más importante, pero teniendo a un protagonista tan duro como el Landa de esta película, el que la acción sea tan cutre desmerece algo el resultado final.


La película es muy buena, es un homenaja brutal al cine negro y no en vano está dedicada a Hammet. Tenemos a un Alfredo Landa encarnarndo un detective duro y con principios en la España de la transición... un marco perfecto para todo tipo de corruptos frente a los cuales levantar un héroe modesto que no tiene otra cosa que sus principios. Puro cine negro con una historia sólida con algún que otro buen y sorprendente giro de guión. 

Y Garci sabe de cine y lo demuestra con un buen ritmo, una trama que va creciendo poco a poco en intensidad y complicación y un tempo narrativo que da margen para presentar a los personajes y la sociedad de la época; es una película costumbrista y vemos muy bien el mundo en el que vive el protagonista, con la transición y muchos acontecimientos de fondo y un microuniverso de frontón y boxeo. Y el saber de cine de Garci lo demuestra con mil y una referencias a películas tanto de la época como del cine clásico, el homenaje a Hammet y su época no se queda en los créditos y alcanza incluso el guión.
Esta película es un más que digno ejercicio de cine negro patrio que me ha sorprendido muy gratamente y que no puedo hacer otra cosa que recomendar.

martes, septiembre 20, 2016

Twitter no es una representación real del mundo

Sansha Sanyou

En las redes sociales los gatos son los reyes, pero en el anime no son tan importantes. Son importantes, claro, una serie que buenos gatos gana mucho, todos adorabamos la heroica epopeya de Sasaki con los gatos en Azumanga, pero si una serie no tiene nada más que mostrar más allá de los gatos... mal vamos.
Esta serie tiene ese problema, alcanza sus mejores momentos con los gatos, pero cuando los abandona cae en la más absoluta de las mediocridades. Exagero, por supuesto, pero no mucho. "Sansha Sanyou" es una suerte de "Yuru yuri", que fusiona los roles de aquellos personajes de una forma distinta para obtener una comedia de un trío de amigas de instituto más o menos parecido. Tenemos un poco de yuri ligth, tenemos un diseño de personajes y una animación muy coloridos y bonitos a la vista... y poco más. La serie tiene un problema muy grande, y es que es aburrida y no hace mucha gracia. Tiene algunos buenos gags, y recurre a tópicos que más o menos funcionan aunque no sean demasiado originales... pero dice muy poco de ella que cuando peor funcione es cuando se centra en su protagonista principal: una millonaria que ahora vive en la pobreza y que se supone que tiene hacernos gracia por el contraste de su altivez e ignorancia con el mundo en el que vive, pero ni ella ni el par de antiguos sirvientes que son secundarios recurrentes hacen mucha gracia, no al menos más que el resto de personajes. Así pues tenemos una serie que quizás no ganase el Nobel de innovación, pero que más o menos funcionaría si no fuera porque el que se supone que es el elemento diferenciador es también el elemento más flojo.
Es una serie que en sus mejores momentos es normalita, pero en la que además el número de estos mejores momentos es bastante bajo. Por su paleta de colores, diseños y animación, es una serie muy agradable de ver. Es una serie que tiene todos los elementos de una comedieta ligera y simpática, pero que decide no utilizarlos en favor de otros mucho más aburridos.
No es una serie que aspire a más que a entretener unos pocos minutos, pero creo que ni esto lo consigue. Aún con pocas expectativas, ha sido una serie francamente decepcionante que no recomendaría en absoluto. 

domingo, septiembre 18, 2016

Responsabilidades

One Piece 839 - "Nunca olvidaré lo que te debo"

Primero, como tuitee hace unos días, fe de erratas, la teoría nazi del Germa66 iba bien encaminada y es imposible ya negarla con las evidencias existentes. 

Ahora, no gustándome esta trama Vinsmoke por reincidir en el pasado de un personaje ya dibujado y por recurrir a una ciencia que creo que deberíamos haber visto en Punk Hazard o en un futuro a manos de Vegapunk, si que tiene algo que me gusta: la idea de la responsabilidad.

Naturalmente, esa idea es muy discutible, más aún en un manga cuya principal bandera es la de la libertad, pero hay algo innegable y es que Luffy y cía están poniendo en peligro a sus seres queridos. ¿Hasta que puntos son responsables de estos? Naturalmente, los protagonistas no oprimen a nadie, todo lo contrario, se levantan contra esas opresiones y ayudan a sus amigos. Sin embargo, cuanto más grande es un héroe, más grandes son sus enemigos, y más importantes son sus debilidades. Esta es una pregunta muy comic americano de superheroes. ¿Hasta que punto podemos proteger algo y cuando pasamos de protegerlo a ponerlo en peligro?
Normalmente en los shonnens esta pregunta se omite, ya sea porque el protagonista es un huérfano absoluto sin familia como Son Gokuh, porque aquello que quiere defender esta integrado en un todo algo abstracto como Konoha o porque las sagas son tan rápidas que los enemigos desaparecen -o se convierten en aliados masillas- tras su finalización como en Fairy Tail... y sobre todo esta pregunta se omite porque los villanos se encuentran en una situación de supuesta superioridad y piensan que podrán derrotar a los héroes por simple fuerza. Al fin y al cabo cualquiera que haya visto unos pocos episodios de Walker Ranger de Texas se daría cuenta de que la mitad de las veces el episodio consistía en rescatar a la novia de Walker, que normalmente era hecha prisionera por ser novia de Walker (creo que también era fiscal, pero si los secuestros fueran por esa causa no habría nadie estudiando derecho en el estado de la estrella solitaria).... igualmente todas las primeras películas de una saga de superhéroes se basan la exploración de poderes y en salvar a la chica de turno (y a veces la Louis Lane de turno siguen en peligro en la segunda y la tercera película ¿de verdad ahí los superheroes las están protegiendo?)

Nunca vi por elección un sólo minuto... pero cuando tenías que ver un poco por obligación,
admitamos que tenía su gracia ver como seguían uno a uno todos los tópicos casposos posibles
En circunstancias normales...
¿cuales serían las posibilidades de que un ciéntifico loco secuestrase a una actriz de tercera?
Esto ya es otro liga...
pero aquí también entra en juego la lucha por el poder en el reino Champiñón...
y una serie de filias muy raritas que no quiero imaginar

Sin embargo, la idea de que el enemigo sea menos poderoso siempre es más sugerente. Luffy ha hecho ya muchos enemigos, y si un Cocodrilo, un Lucci o un Doflamingo quisieran atacarlo sería lógico pensar que buscarían sus puntos débiles o al menos una forma de condicionarlos durante la batalla; que decir ya si un Arlong, un Kuro o un Wapol quisieran llevar a cabo una venganza mezquina (y sabemos al menos en el caso del último que esta está en camino). Y aquí el mejor medio es la familia o los amigos. Y aquí nos encontramos en una directiva muy interesante de hasta que punto uno es libre de hacer lo que quiera cuando sabe que sus acciones indirectamente están poniendo en peligro a sus seres queridos. Obviamente Sanji no tiene la culpa de que el Baratie esté bajo amenaza, pero lo cierto es que está bajo amenaza por culpa de él, y eso le puede condicionar. Y su padre ha mencionado el Baratie y no a Ivankof, porque supongo que no tendrá fuerza para enfrentarse a él (y además posiblemente lo último que quiera sea atraer sobre si la atención del Ejercito Revolucionario); pero esto puede extrapolarse más porque como he sugerido antes... ¿por que no podría volver a atacar Arlong el pueblo de Nami? ¿por qué no podría Kuro regresar -aunque creo que es una de las pocas muertes confirmadas de la serie- para matar a una cuasi moribunda como Kaya?

Hay condicionantes en este planteamiento. La ignorancia de la procedencia de Luffy puede proteger a Makino hasta cierto punto, pero ante un enemigo con recursos como Big Mom o Doflamingo posiblemente esa baza desapareciera y la protección tendría que ser tan explícita como ese cartel que Garp colocó a la entrada de Foosha. 
Podemos considerar a Makino y a Dadan protegidas. Podemos considerar que Brook y Robin no tienen nadie en su pasado para su desgracia. Podemos considerar que Franky está algo salvaguardado por el secreto de su identidad y por el hecho mismo de que Water 7 es una ciudad importante para el Gobierno Mundial por sus astilleros. Podemos considerar que lo que sea que protegió a Usopp siendo niño a pesar de ser el hijo de Yasopp sigue vigente. Pero Zeff hemos visto que está en peligro, como podría estarlo el padre de Kuina si no descubrimos que es un lugarteniente de Dragon.... y definitivamente Nojiko y Kureha estarían en peligro. Y la amenaza no podría limitarse unicamente a los familiares, si no incluso a los aliados y amigos de la banda como Vivi.

¿Hasta que punto puede esta amenaza condicionar a la banda? Sabemos que Luffy es de actuar pronto y que pensaría cada problema en su momento, y en esta misma situación en la que Sanji se encuentra yo todavía me pregunto porque sencillamente no se limita a destrozar todo el Germa66 él mismo cuando posiblemente sea más fuerte que todos ellos. 
Esto es un shonnen y al final se solucionará todo con hostias, frases grandilocuentes y sonrisas posteriores. Oda no va a llegar hasta el final con esta idea, pero que la haya planteado de una forma tan explicita... me gusta. 

jueves, septiembre 15, 2016

No es televisión. Es HBO

Los Soprano

Anthony Soprano es un los capitanes de la mafia de New Jersey. Hijo de ganster, ha vivido todos sus años marcado por la marginalidad de los italianos y su férrea estructura social convencido de que la única forma de vivir dignamente era "el negocio".

La serie nos cuenta la historia de su familia. Tony es el protagonista absoluto de la serie, pero esta nos presenta a sus familiares y amigos, mostrándonos la vida de cada uno de ellos en este peligroso y siempre opresivo ambiente. 


Realicemos pronto la pregunta. ¿Es "Los Soprano" la mejor serie de la historia? Mi respuesta corta seria "no". Mi respuesta larga sería "no, pero hay pocas series que puedan optar a ese título con más derecho que esta". Considero que hay series mejores, "The Wire" (ver reseña), una de sus series hermanas con las que la HBO cambió la forma de hacer televisión, por ejemplo, me parece superior, pero sólo ligeramente superior. "Los Soprano" es una auténtica maravilla de serie, una historia dura y descarnada, pero que al mismo tiempo consigue arrancarte sonrisas con su terrible humor negro; una historia terriblemente dramática, pero que en ningún momento se nota artificiosa o excesiva; una historia con cuyos personajes logras empatizar, pero que en ningún momento te oculta que son monstruos o trata de victimizarlos. Si tuviera que definir esta serie en una única palabra, diría que es "robusta". La robustez de su guión, lo terriblemente sólido de este lo domina todo. La trama se desarrolla de una forma lógica e inevitable, tanto que incluso cuando el azar aparece en forma de alguna extraña coincidencia no parece para nada forzado. Todos los personajes hacen lo que se supone que deben de hacer, aunque les destroce por dentro todos actúan de acuerdo a lo que el resto esperan de ellos porque saben que no tienen otra alternativa.

Si tuviera que elegir otra palabra para definir esta serie, esa sería "cotidianidad". "Los Soprano" no cuenta grandes cosas normalmente. Las amenazas están siempre presentes, y ocasionalmente explotan y la serie las trata, pero es entonces cuando se nota más forzada o convencional. La serie vive mejor en la tensa calma, o incluso en la tranquilidad; se encuentra más cómoda cuando ha de contar la vida diaria de sus protagonistas, cuando las amenazas vienen de ellos mismos y de los constantes errores que cometen, de ese día a día que poco a poco va minando el espíritu de todos ellos y destrozando a sus familias. Es entonces, cuando vemos robos mezquinos, intentos de engaño, traiciones pequeñas y adicciones al juego, sexo o las drogas. La serie se encuentra entonces en su ambiente, mostrando el tipo de vida de sus protagonistas, el machismo recalcitrante, la hipocresía religiosa, el culto a la violencia o el concepto de "clan" al que todos se subscriben para evitar la soledad o la inseguridad y el como estas obligaciones entran en conflicto con sus propias personalidades.

Es difícil hablar de la serie sin destriparla, e incluso haciéndolo es complicado porque como he comentado la serie trata el día a día, e intenta hacerlo de una forma relativamente realista. No hay grandes acontecimientos, puede haber una trama continua con los federales investigando a la familia, como también las guerras de poder planean siempre sobre la serie, pero varios episodios pueden estar dominados por algo tan simple como un chiste contado por un subordinado que no hace gracia a alguien, o un pequeño robo por parte de un novato ambicioso que ocasiona problemas que sus jefes han de solucionar. En la serie no hay demasiados asesinatos, y cuando los hay suelen estar muy justificados y tienen consecuencias; los protagonistas son criminales profesionales, no hacen estupideces, saben muy bien que los errores se pagan caros y no pueden hacer estupideces. Ahora bien, aunque haya pocas, hay muertes, y si bien la serie no se recrea en ellas tampoco huye de ellas; esto es la HBO y sabemos lo que eso significa, si la cadena puede meter sangre la meterá, y si puede meter sexo lo meterá, y aquí tenemos a unos auténticos adictos sexuales que tienen incluso un local de striptease.


Técnicamente la serie es muy deudora del cine de mafiosos de los setenta, con un enfoque clásico y un retrato cruel y descarnado de los elementos más sordidos de la naturaleza humana. La serie se apoya en una banda sonora excepcional repleta de clásicos (así como numerosas referencias en el guión a grandes clásicos del cine, especialmente al de mafiosos). El uso de los silencios y el dominio del tempo narrativo es prodigioso, la serie es toda una demostración de estilo y sobriedad narrativa, e incluso se permite algunas licencias en forma de ensoñaciones o algunos capítulos puntuales que constituyen pequeños experimentos narrativos.

Naturalmente, los grandes protagonistas de la serie son los actores, monstruosos todos ellos. Del tristemente finado James Gandolfini poco se puede decir, compone un personaje increíble, un monstruo convencido de su propia bondad que se escuda en su mundo para poder vivir una vida que sacie todos sus bajos instintos. Es un grandísimo personaje, lleno de matices luminosos que impiden en muchas ocasiones ver la oscuridad que subyace tras ellos, y el actor realiza un trabajo sublime consiguiendo que nos ganemos su simpatía y que logremos incluso empatizar con sus acciones. Pero la gran estrella de la serie en mi opinión es Edie Falco, la serie encuentra en las mujeres y su rol en una sociedad tan machista y tan hipócrita uno de sus mayores filones, y en Carmela dibuja un personaje tan maravilloso que es imposible describirla con palabras. 

Todos los actores están bien, desde esos secundarios que componen la camarilla habitual de Tony con más o menos peso, como Christopher (y Andrea), a actores de renombre que se unieron a la serie casi a modo de guinda como Steve Buscemi o Joe Pantoliano. No obstante, si hay miembros del reparto que brillan en la serie esos son los familiares de Tony, desde una madre y una hermana brutales, a unos hijos a los que la serie consigue sacarles un partido increíble haciendo que la serie gire en torno a ellos. El conflicto generacional y la distinta forma de ver el mundo de padres e hijos es uno de los motores de la serie, entrando aquí también el personaje de Junios Soprano, cuyo ciclo parecía acabado tras la primera temporada y que sin embargo sigue presente durante toda la serie, sacándole los guionistas un jugo impresionante y propiciando algunas de las mejores escenas de la serie.

Un punto significativo en este sentido, y creo que definitorio de la propia serie, es el poco papel que tiene la psicóloga. Al principio de la serie la terapia del mafioso parecía que iba a ser el motor de la historia, y durante mucho tiempo impulsa y analiza algunos de los momentos más importantes. Sin embargo, conforme avanza la historia, pasa a ser un factor secundario, quizás sea intencionado para recalcar el mensaje de círculo vicioso del que los personajes no pueden escapar, pero creo que es más bien el mejor ejemplo de como la serie fluyó naturalmente en una dirección que no era exactamente la que sus creadores habían planeado en un principio. El polémico final de la serie, muy ambiguo y muy discutible, es una muestra de ello; los responsables de la serie optaron por un final muy tramposo, cuando en cierta forma quizás la opción más natural habría sido el cerrar la serie en la consulta, con una escena que sucede en el penúltimo capítulo (la psicóloga no aparece en el último capítulo, lo cual no deja de parecer algo contranatura).


La serie, naturalmente, no es perfecta y tiene sus defectos. Las transiciones entre las diversas temporadas son muy abruptas, ocasionando que en los primeros episodios en ocasiones uno se pierda un poco. Es también una serie que, por su alto número de secundarios y el uso recurrente de algunas de sus tramas, exige cierto esfuerzo de atención y memoria por parte del espectador. Y con toda la solidez de su guión increiblemente trabajado, eso no impide que en algunos momentos se fuercen algo las acciones de un personaje. 

No obstante, todos esos todos estos son defectos muy menores que en ningún momento empañan una serie cuya fama y prestigio me parece que están más que merecidos. Como he escrito al principio de la reseña, no sé si objetivamente esta será la mejor serie de la historia, y subjetivamente a mi no me lo parece, pero desde luego hay pocas series que justifiquen más que esta la formulación de esa pregunta. Absolutamente recomendable.

martes, septiembre 13, 2016

OPDM - Anime del verano del 2006

Tercer programilla del podcast. Volvemos esta vez a la que supongo que será la temática principal, anime. Después de hablar de los animes de esta temporada se nos ocurrió que sería divertido hacer una versión retro, hablando de las series que aparecieron hace una década... algunas de ellas las recordamos gratamente y otras no hemos podido olvidarlas para nuestra desgracia.
Así pues, viajamos al verano del 2006, donde había cosillas como Higurashi, Nana o School Rumble...


Además, para no soltar dos horas seguidas de conversación introducimos un par de nuevas secciones cortas a modo de interludio; un bestiario y un atlas friki que nos ocuparan unos pocos minutos hablando del Alien y de Anor Londo.

Nuevamente, disculpas por algún tema mejorable de edición o de sonido. Gracias de antemano a todos aquellos que lo escuchen y, como siempre, se agradecen comentarios (ya sea aquí o en ivoox), likes y esas cosas. 

sábado, septiembre 10, 2016

La gran esperanza de la Jump

Boku no Hero Academia

En los últimos años la Jump no ha conseguido grandes y genuinos pelotazos que le permitan mantener ese estatus de gran revista de los shonnen que ostenta desde los tiempos de Dragon Ball. "Toriko" no terminó de arrancar nunca como un superventas, no al menos fuera de Japón, como tampoco lo hizo "Assassination classroom", aunque esta última -como "Shokugeki no Soma"- se puede encuadrar más en el género de la comedia. Pero con Naruto y Bleach acabando, la Jump necesitaba nuevos shonnen de acción con los que acompañar a One Piece. Ha habido pelotazos estos últimos años como Nanatsu no taizai, Magi, Fairy Tail o incluso Shingeki no Kyojin, pero ninguna de estas series se publicaba en esta revista. Y así llegó esta academia de héroes. 

Ya con dos años de serialización, esta serie se ha confirmado como uno de los grandes éxitos de la revista y uno de sus pilares más inmediatos. Más allá de usar el recurso de los superhéroes -tan de moda gracias a Hollywood- parecía un shonnen de esos de libro que siempre es entretenido ver de vez en cuando. Tenía curiosidad por conocer la franquicia. No esperaba otra cosa que una serie con un puñado de personajes carismáticos que libraran combates espectaculares, y donde a poder ser hubiera bastante comedia. Y eso me lo ha dado la serie. En sus tres o cuatro últimos episodios.

La serie dura sólo 12 episodios, y en su arco final, con todos los personajes presentados, si que muestra los combates espectaculares y épicos que se le piden al género, y lo hace además con mucha comedia y unos personajes que tienen mucha química entre ellos. En su último tercio la serie muestra las virtudes del género.
Pero todo lo de antes no hay forma de defenderlo. Sin duda se están poniendo las bases para el futuro, se estan construyendo personajes como el prota y su rival, así como se nos presenta al mentor y a todo el mundillo. Pero toda esta parte es, simple y llanamente, un coñazo. Tenemos un protagonista que no resulta especialmente simpático de primeras, y frente a él a un auténtico abusón acomplejado que estaría mucho más cerca de ser un megavillano que un superheroe, y la serie gasta muchísimos minutos muy aburridos en esta pareja y su extraña relación. Sólo la fama del producto, impidió que abandonará la serie.
Son sólo 12 capítulos que adaptan más o menos el doble de capítulos del manga. Es una serie que se sabía con potencial para un superéxito y han optado por una adaptación muy calmada para cimentar la serie. En su recta final la serie lo compensa, y a buen seguro veré esa segunda temporada ya anunciada, porque la franquicia promete bastante... pero no es una serie que pueda recomendar, porque independientemente de lo espectacular que sea la animación de Bones, como producto independiente me parece muy flojo e irregular. 

viernes, septiembre 09, 2016

La culminación de una serie

Chihayafuru 170

Chihayafuru se encuentra en un momento dulce; sus últimos capítulos son, sencillamente, redondos. Naturalmente falta por narrar lo más importante, el enfrentamiento de Chihaya con Shinobu y la resolución de la trama romántica. Pero en estos capítulos la autora está cerrando a la perfección todas las tramas que ha ido abriendo a lo largo de estos años con cada personaje secundario, cada personaje ha tenido su punto de partida y su evolución, y todo eso esta culminando en estas finales del torneo de instituto. El capítulo incluso se permite el lujo de dar unas viñetas a la profesora con flashback de toda la serie para confirmarnos que este es el desenlace de ese club que Chihaya formó y por el que lo ha dado todo, ese club que ejemplifica su amor más puro por el karuta y que en cierta manera simboliza su futuro también. En los capítulos anteriores vimos como Nikuman y Tamaru tenían su momento, en este capítulo la batuta pasa a la eterna pareja de Kana y Tsutomu, y sobre todo a una Hanano contagiada del espíritu de sus compañeros. Todo esto es irrelevante para la trama principal, e incluso redundante para muchas secundarias, pero la ejecución lo convierte todo en una simple gozada.


Y luego naturalmente está la trama principal, avanzando lentamente con un simbolismo precioso. Con esa "pasión estable" que se asocia siempre a la carta de Chihaya y que además es también una característica del juego de Arata, y algo que esta perdiendo, viendo como la habitación en la que siempre ha jugado se queda pequeña. Ese vacío, esa sensación de tristeza porque no tendrá más remedio que abandonar su refugio interior y afrontar el exterior, esa metáfora tan grande del paso a la edad adulta es un ejemplo muy claro del crecimiento que todos los personajes han experimentado a lo largo de la serie. Un viaje que todos los personajes emprendieron en mayor o menor medida y que ya esta finalizando para los secundarios y afrontando su última etapa para los protagonistas. Chihaya está lista para afrontar ese final, Taichi y Arata se están preparando para él, y Shinobu continúa aferrándose a sus miedos para negarlo.
En verdad poco se puede decir de este capítulo. Suetsugu está en estado de gracia y la comedia y el drama le funcionan, así como las viñetas simbólicas le quedan espectaculares y las tramas secundarias en ningún momento se siente que refrenen las principales si no que incluso llegan a eclipsarlas. Lo único que se puede hacer con Chihayafuru es sentarse en un sillón y disfrutar tranquilamente de lo increíblemente bien que su autora lo está haciendo todo. 

miércoles, septiembre 07, 2016

Un Zelda menor

The legend of Zelda: the Minish Cap

Especialmente en formato portátil, aún me quedan muchos Zelda que jugar. Este era uno de ellos, pero hace unos días decidí por fin ponerme con él aprovechando que era uno de los juegos que Ninty en su día dió como compensación a aquellos que se habían gastado 250 € en una 3DS cuando bajó considerablemente el precio de esta para potenciar las ventas.
Del argumento no tengo mucho que decir. Hyrule... blah, blah, blah... un niño con ropa verde, blah, blah, blah.... la princesa Zelda en apuros, blah, blah, blah. Esta vez el malo no es Ganondorf, si no Vaati, y no hay Impa ni Trifuerza ni Espada Maestra, pero a efectos prácticos es lo mismo de siempre y poco importa donde se ubique este juego dentro de la extraña línea temporal de la franquicia. Tenemos lo de siempre, un personaje que ha de superar mazmorras repletas de enemigos y puzles. Tenemos una pequeña ciudad y algunas aldeas, con bastantes historias secundarias a completar. Además, en este Zelda, a pesar de contar con un mapeado bastante pequeño es también bastante destacable que el propio mundo actua como una gigantesca mazmorra y muchas veces alcanzar la entrada a un templo conlleva un desafío mayor que superar el templo en sí.
Las principales señas de identidad de este Zelda son una especie de pedazos de medallas que iremos coleccionando a lo largo del juego y la reducción de tamaño. El primero de estos puntos constituye la búsqueda secundaria más grande del juego, hay decenas de fragmentos de medallas y estos se combinan con otros que están en posesión de los personajes del juego, desbloqueando pequeños, extras y -en un par de momentos- aspectos cruciales de la aventura; la idea es curiosa, pero llegado un punto se me hace repetitiva pues tampoco ofrece muchas variantes y en algunos casos conlleva largos viajes. La reducción de tamaño constituye el elemento diferenciador de este juego con respecto al resto de la franquicia, pues Link puede reducirse hasta el tamaño de un insecto y entonces pasamos ver como grandes obstáculos objetos y enemigos del mundo real; es una idea interesante, pero a efectos prácticos tiene poco uso más allá de algún momento en la ciudad principal pues al final las zonas diminutas y normales suelen ser bastante excluyentes entre ellas.
Técnicamente me parece un juego bastante limitado. El control es demasiado sencillo, es un juego original de Game Boy Advance y había pocos botones para usar y aquí el juego recurre a la libre asignación de estos por el jugador, pero el gastar un botón para el juego de las medallas me parece excesivo cuando podría haberse implementado alguna otra opción y tener al menos siempre la espada asignada en algún botón. Además, el juego intenta recuperar en parte la jugabilidad del "four swords" mediante un extraño sistema de clones que no termina de funcionar. Visualmente es resultón y muy agradable a la vista y al oído, pero recicla demasiado temas sonoros del Ocarina y los diseños de Wind Waker. Es un juego bonito, pero en el que se nota que se ha ahorrado todo lo que se ha podido, y esto se traduce en que el mapa de este Hyrule es muy pequeño; y ello inevitablemente deriva en uno de los grandes defectos del juego, y es que con apenas 6 mazmorras y un mundo tan pequeño es un juego corto, el mundo esta muy bien diseñado y hay secretos para aburrir, y como he dicho anterior todo es como un gigantesco puzzle... pero es un juego corto. La dificultad del juego no es demasiado elevada, pero tiene un defecto que no me gusta nada y es estar dotado de una gran linealidad, ciertos caminos solo se abren tras alguna acción en concreto y eso provoca que la exploración sea en ocasiones algo frustrante. 
Es una aventura simpática y entretenida. Es bonita y tiene un toque retro agradable. Algún nuevo item es curioso y, junto con la idea de la reducción de tamaño, consigue aportar a la saga algunas nuevas ideas en lo referente a los puzles.
No obstante, es un Zelda menor. Un juego no demasiado complejo y bastante corto que creo que esta algo sobrevalorado en el recuerdo popular, porque sinceramente un juego al que le han dado tantos palos como Spirits Tracks (ver reseña) me parece muy superior. Los Zeldas siempre suelen ser recomendables, y este lo es... pero me parece justo decir que no es especialmente recomendable

lunes, septiembre 05, 2016

La fe mueve desiertos

Mesías de Dune

"Dune" es una de esas franquicias de las uno siempre ha oído hablar, pero de las que el elevado número de libros al final acaba echando para atrás a los nuevos lectores. Hace un par de años decidí por fin darle una oportunidad a la franquicia, y el resultado fue muy satisfactorio (ver reseña). Decidí entonces espaciar un poco la siguiente lectura para no saturarme como me había sucedido con otras sagas, y el momento de volver a Arrakis al fin ha llegado.

"Mesías" es una novela menos convencional que su predecesora; la carga religiosa y filosófica de la obra es mucho mayor y, ya que desde el principio tenemos a un protagonista literalmente mesiánico, Herbert además ha de reflejar con palabras las habilidades proféticas de Paul. El autor nos oculta algunas de las visiones del Kwisatz Haderach y recurre a los cambios de narradores y a algunas trampas narrativas, pero estas no son especialmente molestas y uno no tiene la sensación de que el escritor le esté engañando. La narrativa de Herbert sigue siendo muy limpia y es fácil seguirla en todo caso, incluso cuando en esta ocasión el componente esotérico está tan presente; acciones y pensamientos de personajes están perfectamente reflejados. No obstante, es también una novela muy corta (apenas 300 páginas), en esta ocasión el autor no tiene que presentar nada y salda directamente al desarrollo de la trama, y lo hace como en la novela anterior, donde en su recta final uno tenía la sensación de que todo iba demasiado rápido, no me parece una historia tan apresurada como aquella pero si es cierto que hay personajes con ciclos demasiado cortos o acciones que se suceden tan rápido que uno tiene la sensación de que se pierde potencial narrativo.
Creo que el libro tarda algunos capítulos en arrancar, y particularmente no me gustan demasiado algunas actitudes de la hermana o el "zombie", pero en general me ha gustado el libro y la reflexión sobre las diferencias entre las figuras de los líderes religiosos y los propios líderes religiosos.  

Es un libro que me ha gustado y que me parece interesante y recomendable, ahora bien, creo que aquí termina mi periplo por las arenas del desierto, pues el final es demasiado lírico y mesiánico, y por lo que he leído de los siguientes libros la saga acaba derivando hacia cosas muy raras que no me apetece mucho leer.

viernes, septiembre 02, 2016

La entrada de Rio 2016


Me solicitaron por Ask algo tan inusual como una entrada de Rio 2016. De vez en cuando me da por publicar reseñas extrañas o que se salen un poco de la tónica del blog, y lo cierto es que durante las dos semanas de competición no he hecho otra cosa que empaparme todo lo que he podido de deportes que normalmente no puedo ver en un país que sufre la dictadura del balompie y sus derivados. La idea me gustó y mientras decido cuando hacer el momento mítico de Bolt y Phelps en Pekin 2008 (y la final de Wimbledon), creo que todas esas horas de entretenimiento se merecen un comentario. 

Creo que la forma más correcta de hacerlo es por deportes. Advierto desde ya que quizás parezca que ningunee algún deporte, no es así, el Waterpolo tiene que ser durísimo, e incluso la Vela y el Golf tienen su dureza... pero sencillamente hay deportes que no me entusiasma ver y que de hecho, por mera arbitrariedad, no termino de ver por que son olímpicos (la marcha tiene que ser una locura de difícil, pero ¿por que corren 20 y 50 kilómetros y no 30 y 40? ). Esto sería un debate sobre que deportes habrían de ser olímpicos y como es que Tokyo habrá medallistas de Skate y Surf que podrían equipararse en oros a todo un ganador de decatlón.

Advierto también, para terminar de indignar a mis pocos lectores, que no le daré un enfoque especialmente patrio. Quiero decir, casi todo lo que he visto ha estado protagonizado por españoles, pero ha sido la imposición de la emisión que he podido ver. En unos Juegos Olímpicos me gusta ver deportes, en estado puro. Al final uno siente muchas veces simpatías por los de su país, no puede evitarlo, pero no es algo que me guste especialmente pues verdaderamente lo único que tengo en común con esas personas es una nacionalidad, y hablando de deporte me gusta pensar que intento juzgar en base a méritos. Un español que gana un oro tiene el mismo mérito que un uzbeco; y si por ejemplo Del Potro mereció pasar a la final tanto como Nadal... yo estoy contento con cualquier resultado.



Empezare con Natación en aguas abiertas con lo que no son deportes, si no pruebas de supervivencia. Obviamente este tipo de natación es una prueba muy dura, pero no demasiado entretenida de ver más allá de lo épico que es ver que la gente acaba teniendo que esprintar y que una prueba de dos horas nadando se decide por foto-finish. Aunque no es un deporte que me guste especialmente, creo que también esta demasiado marginado. ¿Cómo hay tantas medallas para modalidades de piscina y sólo se reparten dos para esta disciplina? Algo parecido, creo que podría decirse del Triatlón, otra salvajada de deporte, aunque en este caso -para bien o para mal- si se establecen más claramente diferencias. No son deportes que me entretengan especialmente.
Quizás aquí podría meter el Ciclismo en ruta; lo primero que habría que decir es que el circuito que prepararon era espectacular y mucho mejor y más duro que el típico de unos campeonatos del mundo. Ahora bien, también es cierto que los descensos eran muy peligrosos y que encima llovió (una caída en la carrera femenina me heló la sangre). Aquí en contrarreloj ganó el gran Cancellara, uno de esos monstruos del deporte que se han ganado que siempre se les anime en las victorias. Supongo que también caería aquí el Ciclismo en montaña, es una salvajada de deporte terriblemente duro... pero lo cierto es que no me gusta especialmente.

En la previamente citada Natación de piscina, creo que ha sido donde estos juegos más han brillado. Phelps lo eclipsa todo, porque sobra decir que lo que ha hecho este hombre es impresionante y que estamos ante uno de los mejores deportistas olímpicos de la historia, pero para mi la gran estrella ha sido Katinka Hosszu, auténticamente imperial cuando batió el 400 estilos. También están por ahí una hornada de japoneses con una técnica increíble, así como un sudafricano que vuela sobre el agua y más gente de Hungría. Australia me ha decepcionado un poco, como Holanda, pero en todo, aunque la superioridad de EEUU es indiscutible, no lo es tanto como en otras ocasiones.
Además, la natación nos ha dado el momento más ridículo de las dos semanas con Lotche y su ejercicio de estupidez superlativa.


Supongo que debería hablar aquí de la Natación Sincronizada... es un deporte que particularmente nunca me ha gustado demasiado. Si, ver a las rusas es espectacular, y disfrute como un enano con su ejercicio de 99,136 con su grandísima música, pero no es un deporte que me entusiasme, y entra como pocos dentro del tipo de deportes que considero indignos de ser llamados como tales. Sobra decir que es muy dura y que la preparación es increíble, pero creo sencillamente que el resultado no merece el sacrificio; son deportes que exigen tal nivel de concentración, que cuestan tanto a las vidas de sus deportistas que no creo que ninguna medalla de oro las recompense. En ese sentido en España había algo de morbo por el haber echado a la antigua entrenadora, creo que hay había muchas luchas de poder... pero también creo que seguramente si España había llegado lejos no era sólo por el talento de las deportistas si no por los medios de esta; entraríamos ahí ya en un debate muy interesante de cual es el coste moralmente aceptable de una medalla. Supongo que aquí podría pasar a hablar del Salto en trampolín, pero con todos los respetos del mundo -porque es obvio que hay que ese deporte necesita muchas horas- me parece una absoluta chorrada y la modalidad más absurda de la gimnasia o la natación, o ambas. Hay deportes muy meritorios, pero cuyo origen o finalidad son algo discutibles. 

En agua me quedarían todavía Piragüismo en aguas tranquilas, Piragüismo en eslalon, y Remo. Tres disciplinas bastante entretenidas de ver, aunque el descenso en piragua siempre se ha parecido una categoría algo "tramposa" (todas las que tienen circuitos me parece que tienen ese problema de dependencia de estos). El piragüismo en aguas tranquilas y el remo apenas los distingo desde mi ignorancia más allá de la obvia diferencia de barcos y remos, ambas categorías son muy entretenidas y me gusta bastante verlas... sólo echo en falta que con tantísimas disciplinas de vela no metan más distancias para este tipo de embarcaciones, ya que como deportes me parecen muy superiores.

Ese debate antes mencionado sobre el precio de las medallas estaría también en la Gimnasia Artística, aunque aquí creo que al menos se esta más cerca de perseguir esa perfección de las formas humanas que en teoría se busca aquí. Y bueno, creo que para las deportistas, aunque sea igual de sacrificado, sea también más divertido. Para mi sorpresa me ha gustado más el concurso masculino, señorial como siempre. El femenino ha tenido grandes momentos, pero esa nueva gran estrella llamada Simone Biles no me gusta especialmente, le veo esa sonrisa exhuberante y petulante de los estadounidenses y, sobre todo, le veo un estilo demasiado acrobático y exagerado. La escuela norteamericana me da la sensación de estar viendo a unas animadoras, y a mi me gustan más las gimnastas más "graciles" y elegantes. Siempre preferiré cualquier gimnasta de corte de los tiempos de la URSS y sus naciones satélite... aunque sé que esto entra algo en conflicto con lo que he he mencionado antes con respecto al precio de las medallas, pues estas pobres chicas debían de sufrir más que los Chinos ahora. No obstante, estas escuelas de gimnasia europeas siempre me han parecido mucho más plásticas, y eso es algo que se ve muy bien en la competición más hermosa de los Juegos: la Gimnasia Ritmica, y sigo echando de menos las cuerdas en detrimento de unas mazas que -independientemente de su dificultad por ser un elemento doble- me parecen muy sosas, y en general el concurso no me pareció inolvidable, pero sigue siendo siempre un regalo poder ver algo de este deporte por televisión.

El Atletismo ha sido algo decepcionante, para que negarlo. La mayor superestrella que creo que ha dado este deporte desde los tiempos de Carl Lewis corría en el ocaso de su carrera, y su ocaso sigue siendo supersónico, pero en cierta manera es algo triste ver que los años le han quitado algo de la superioridad insultante del pasado. Comenzó muy bien la competición con un record increíble en el 10000 femenino y la pulverización del registro de Michael Johnson en el 400, pero los concursos acabaron siendo bastante normalitos, con cosas que duelen tanto como un 1500 que acabó en 3:50:00 (y en España obviamente queda mal decirlo, pero que una final de altura femenina no supere los 2 m es indicativo de un concurso de un nivel muy normalito).
Para colmo el estadio olímpico ha traído momentos muy tristes como unas gradas muy vacías que sólo parecieron llenarse el del abucheo en la pértiga; la afición brasileña no se ha mostrado digna de muchos deportes.


Tras menospreciar previamente a todos los saltadores de trampolín, o al menos su derecho a medalla, supongo que seguiré con otros deportes que me parece ridículo que tengan medallas mientras el ajedrez sigue condenado al ostracismo. Habló por supuesto de los deportes creados para que los aristócratas y millonarios puedan entrar en el COI. El ejemplo por antonomasia es la Vela, deporte terriblemente aburrido. El Golf no es mucho mejor, pero consigue estar cerca de entretener aunque sólo sea por todo lo snob que lo rodea (no me refiero al juego en si, ya que por lo que tengo entendido es muy relajante y al mismo tiempo bastante duro, si no a toda esa liturgia que lo rodea a nivel profesional y que deja la ropa blanca de Wimbledon en nada). No obstante, si hay un deporte que me provoque repulsión es la Doma, la Hípica o Como mierda se llamen las disciplinas con Caballos, no digo que no tengan su mérito... pero me parece un deporte para Condes de la Europa Central o Señoritos Andaluces, un deporte para gente con mucho dinero y mucho tiempo libre. En su día tendrían sentido un deporte cómo carreras de caballos o doma, pero hoy en día me resulta un anacronismo ridículo. Ninguno de estos deportes me gustaba antes de comenzar los juegos, y después de ellos sólo he conseguido cogerles más manía, pues son los clásicos deportes a los que las televisiones les dan un seguimiento mucho mayor que el que su audiencia proporcionalmente merecería.

Lo opuesto a lo anterior serían los deportes de contacto, supongo que habría de comenzar con el Judo; Lo siento, este es uno de esos deportes que entiendo que a mucha gente le gusta practicar... pero que creo que son poco entretenidos de ver para un profano, al menos en sus modalidad olímpica. Y como ni me gusta ni lo entiendo, cuando veo los combates tampoco sé muy bien lo que está pasando o como va la cosa, pertenece al club de deportes que me hacen cambiar de canal cuando está en emisión. La Lucha sería la versión más exagerada de estos defectos, un deporte anacrónico como pocos. El Taekwondo es más entretenido y dinámico, y me gustó mucho en Londres, pero en esta ocasión los enfrentamientos que he visto me han parecido bastante más sosos, no sé si han cambiado el sistema de presión de los marcadores o si los luchadores se han adecuado demasiado a este sistema de combate, pero me parece que ha perdido dinamismo y versatilidad. Por último debería de hablar del Boxeo, muy entretenido y dinámico, pero con tantas protecciones y con tan pocos rounds le pasa un poco como el taekwondo, se combate a los puntos y se pierde parte de la espectacularidad que el riesgo y la estrategia conllevarían con enfrentamientos más largos. Quizás aquí debería meter también la Halterofilia, deporte del que vi poco, pero de lo cual no me quejaré porque siempre me ha parecido muy soso de cara a la televisión.
Naturalmente es muy fácil hablar, son deportes agresivos donde la ausencia de protecciones podría dar lugar a temas muy serios... pero en general me parece que estos deportes no terminan de explotar su potencial, supongo que porque en verdad no son deportes, si no formas de pelea tan encorsetadas que acaban quedando algo desvirtuadas... 

Aunque no son exactamente deportes de combate, supongo que aquí podría meter, el Tiro con arco y el Tiro deportivo. El primero me encanta, y siempre me gusta verlo en pantalla (de hecho me gustaría hasta practicarlo). El segundo me gusta en alguna modalidad como escopeta, pero otras como aire comprimido me parece que carecen de garra. Me gustaría que estos deportes ganaran algo de versatilidad, pues creo que están muy anclados en el pasado... quizás algo parecido al biatlón para el tiro, y una prueba con caballo y arco corto.

Podría haber metido en el grupo anterior la Esgrima, prueba que como seguidor de la literatura fantástica me encanta (aunque depende del arma)... pero como en España parece que apenas hay esgrimistas nuestra buena televisión pública considera que este deporte al parecer no existe. En la misma categoría de deportes ignorados podríamos meter el Ciclismo BMX, que ni me enteré de cuando se disputó, y es una pena porque en Londres este deporte se descubrió ante mi como todo un espectáculo, casi tanto como el Ciclismo en Pista que también puede ser muy entretenido si uno logra entender las modalidades de persecución y el resto de categorías... pero no tuve que preocuparme de refrescar mi memoria con tecnicismos de velódromos porque por desgracia lo más que vi fue a un Cavendish que debía de haber sido descalificado. Del pobre Pentatlon ni siquiera he tenido ocasión de pensar en acordarme de las reglas.

Otros deportes también han sido muy discriminados; dos ejemplos muy claros son el Tenis de mesa y el Badminton, de este último si pude ver algo porque una española llegó lejos (la final contra la india fue espectacular), pero es una pena que estos deportes no tengan más seguimiento porque es increíbles verlos (tiene valor que, con el "boom" que supuso un poco el oro de la española no aprovecharan para poner el resto de finales (vi algo de la dobles masculinos y era una auténtica locura)).
No obstante, la gran estrella de los deportes ignorados fue el Voleibol, deporte espectacular y dinámico como pocos del que desgraciadamente apenas vi un partido vía web. Afortunadamente si que pude ver bastante Voley-Playa, más entretenido que lo que recordaba, ya que antes parecía que siempre ganaban los que restaban y en esta ocasión me ha parecido más dinámico y espectacular. 



Naturalmente, para contrarrestar estos deportes ignorados, hay otros a los que les sucede lo contrario. En este país que es España naturalmente tenían que ponernos todos los partidos de Fútbol por poco importantes que fueran, pero no hablaré de ellos porque sencillamente he acabado ya muy cansado de este deporte. No obstante, este no fue el único deporte de equipo con el que monopolizaron las emisiones, también estaba por ahí por ejemplo el Waterpolo, que es una auténtica salvajada de juego, uno de los más duros y violentos que puedo imaginar... pero que me parece también extremadamente poco dinámico y aburrido de ver. De Balonmano y Hockey también tuvimos partidos para aburrir, el primero es dinámico y muy entretenido,  y dio lugar a partidos muy buenos (por ejemplo, en el que perdieron las españolas, donde no pienso en la derrota de estas si no en la pedazo de remontada de Francia... y soy español, europeo humano y como tal odio a los franceses, pero al César lo que es del César, y esas mujeres se ganaron esa victoria); el segundo me parece muy aburrido, pero tengo que admitir que no recordaba como se lanzaban los penaltis, y me encantaron las tandas que vi. No obstante, estos deportes tienen para mi un problema muy grave y es lo sencillamente largo de sus partidos, se me hacen demasiado pesados, en unos Juegos Olímpicos quiero ver partidos o pruebas más cortas o intensas. No escaparía de esta categoría el Baloncesto, del que también me he tenido que tragar muchos partidos y que, más allá de ese emocionántisimo enfrentamiento entre Argentina y Brasil y la sorpresa de Australia no ha dado mucho de sí. Supongo que sería hipócrita por mi parte no meter aquí el Tenis, del que también he visto más de lo que me gustaría; el cuadro femenino y los dobles apenas los vi, pero la lucha por las medallas masculinas dio una colección espectacular de partidos.

Por último hablar del Rugby 7, deporte que tenía muchas ganas de ver y que no me ha decepcionado. Absolutamente espectacular en todos sus partidos (la versión femenina era una gozada, y la masculina era aún más bestia). Una de las mejores noticias de estos juegos.




Y para finalizar, si tuviera que hacer una valoración de los Juegos, diría que han sido grandes por los deportistas, que se han sobrepuesto incluso a la organización. Rio no ha estado a la altura, dejando a un lado temas como esa piscina olímpica verde o esa plataforma de natación que desapareció, dejando a un lado lo cutre de la ceremonia de apertura, e ignorando incluso el problema de que han sido unos Juegos de Verano en Invierno o que hay posibilidades de que los Paralímpicos no se celebren.... el problema ha sido un poco todo. Esos estadios vacíos y ese pésimo comportamiento del público cuando entraban en competición deportistas brasileños.... cualquier deportista de un nivel tan elevado merece un respeto, más aún en deportes donde esta cita lo es todo, donde los cuatro años anteriores han estado enfocados hacía una actuación de pocos minutos en este y donde el futuro mismo del atleta está en juego. Uno sabe que en unos Juegos los árbitros ayudaran a los locales un poco y que la afición les jaleará, pero eso es una cosa y otra es perder algo tan bonito y romántico como ese supuesto espíritu olímpico que todo ha de rodearlo.

Rio no ha estado a la altura, como no lo ha estado Televisión Española, con una cobertura poco menos que horrible, con presentadores que no conocían los deportes y realizadores que anteponían siempre cualquier participación española por irrelevante que fuera para luego poner otras finales en falso directo... así como decisiones claramente enfocadas a la audiencia como priorizar deportes populares aunque no hubiera españoles y emitir repeticiones de estos en prime time en detrimento de otros deportes.

Rio no ha estado a la altura y la emisión en España ha sido muy mejorable. Pero, como siempre en estos casos, los deportistas han salvado la situación y nos han proporcionado grandes imágenes, buenos partidos y alguna que otra marca para la tabla de records. El horario para mi podría haber sido algo mejor porque la natación y el atletismo acababan muy tarde y no siempre pude verlos hasta el final, pero en general han sido unos juegos que he disfrutado mucho.