sábado, febrero 28, 2015

El día que los hombres sobrevivieron a las montañas

One Piece 778 - Plan E

No tiene mucho el capítulo, seamos francos, es simple y llanamente una oleada de fanservice de Zoro... pero mola, sencillamente mola ver a Zoro usar la versión "nueva" de aquel ataque con el que desafió a Ojos de Halcón hace ya tantos años.
El combate es simple, y me recuerda aquellos capítulos de Claymore en los que iban despedazando a un yoma hasta alcanzar su nucleo y entonces acababan con él. Aquí Zoro hace lo propio, pelando una montaña andante como si fuera una naranja para dar con un enemigo pesado y acabar con él con una exhibición de haki de propina.
Simple, pero efectivo.

http://www.zerochan.net/1049278
Zoro es un monstruo, siempre lo ha sido y siempre lo será, y ahora hemos visto el verdadero alcance de su fuerza tras el salto temporal. Pero lo gracioso es que no ha sido difícil, ha sido una victoria fácil donde toda la complicación ha venido de lo pesado que era encontrar al enemigo. Zoro se ha paseado ya durante tres islas, dando auténticas exhibiciones de fuerza más notorias que las de Luffy por necesidades del guión. Ni Hodi ni Houzou supusieron nada, con Monet apenas tuvo que moverse, y Picas ha sido más pesado que difícil. Quizás Vergo podría haber supuesto algún problema, y a buen seguro Fujitora está todavía un poco por encima de su nivel... pero nada ha hecho sufrir aún a Zoro y ha demostrado que su poder destructivo es ya del nivel de los monstruos de la serie. Quizás descanse en Zou para darle tiempo a Sanji, pero es presuponible que en su próximo combate el rival subirá de nivel -Bobin o algún otro peso pesado aún por conocer- y entonces veamos a nuestro buen espadachín sangrar como tanto parece gustarle.
Pero este corto capítulo repleto de las necesarias páginas dobles que Picas requiere, tiene también otros detallitos interesantes. La comedia está presente con el uso final al puñetazo del rey y la iteración de Zoro con el propio Elizabello y con un Olumbus que me encanta ver rescatado del olvido. 
Este capítulo nos ha traído también la gran escena que Riku necesitaba, con una declaración de ideales a la altura de las circunstancias.

Y el capítulo es pura fantasía y aventuras. Hay acción y hay comedia, pero en si vemos una secuencia en la que una montaña camina y amenaza con aplastar a un rey. Imágenes como una tierra de juguetes, un jardín de enanos, una nube de muerte, un ejército de centauros, un barco más grande que una ciudad, un ejército de zombies, una isla sobre el vacío y otra en el cielo, u otras tantas imágenes imposibles que se graban en el subconsciente del lector como si de un Bartolomeo se tratara y remarcan la sensación de que los protagonistas viven una aventura distinta a todo lo que ha visto, una aventura en la que todo puede pasar y donde no hay límite alguno.

jueves, febrero 26, 2015

Cuando la música era oro

Dire Straits - Alchemy

He tardado muchos años en poder apreciar este disco, es tal su fama que de primeras uno espera otra cosa. Sí, naturalmente, el solo de guitarra de Knopfler al final del "Sultans of swing" es el equivalente musical al Paraiso, el Cielo o el Nirvana, pero el resto del disco creo que no se puede apreciar bien de primeras, los de mi generación no estamos educados para que esta música nos entre con facilidad.
Dire Straits es una banda que apareció a finales de los 70, y este directo esta fechado en el 1 de Marzo de 1984. Sin embargo su sonido es de los 70. Para alguien cuyos gustos musicales se formaron a finales de los 80 y principios de los 90, cuando la MTV y los vídeos imponían una dictadura brutal sobre el minutaje de las canciones, este es un disco extraño. Los conciertos ahora ya no son así, ahora cada canción dura en vivo lo que dura en el compacto, quizás con la inclusión de algún solo adicional o algún medley cuidadosamente estudiados. Ahora los conciertos sirven para promocionar discos, antes los discos se hacían para intentar atrapar la fuerza de la música en directo. 
Dire Straits son, claramente, hijos de los 70. No les interesan las canciones, les interesa la música. El público ante ellos es un lienzo en blanco a pintar. "Romeo and Juliet" y "Tunnel of love" son puntos de partida, directrices vagas a seguir -en un momento dado hay que llegar al estribillo y a algunos acordes-, pero nada más. Llegado el momento no hay ataduras y la banda parece improvisar cada nota, sonando la canción que parece más lógica en ese preciso momento, y naturalmente la guitarra de Knopfler, pero bajo, batería y teclados tampoco echan en falta momentos en los que son las absolutas estrellas.
No está "Money for nothing", pero pocas pegas más se le pueden poner a este disco. Un doble cd que pide recostarse en un sofá, cerrar los ojos y deleitarse durante hora y media con unos virtuosos rockeros que parecen sacados de un garito de jazz de New Orleans.

lunes, febrero 23, 2015

Los evangelios apócrifos

Soukyuu no fafner: dead agressor

Ocasionalmente, muy ocasionalmente, en el mundillo del manga y el anime aparecen títulos que lo cambian todo. Como en cualquier otra modalidad del ocio, hay títulos que revolucionan los estándares de la industria y marcan tendencias. Pocos hay tan claros en el anime como "Evangelion". Su calidad puede ser muy discutida, pero independientemente de la opinión que cada uno tenga de la serie de Shinji Ikari, Rei Anayami y cía, es obvio que ha influido como pocas en lo que es la cultura y la industria del anime.
El éxito de esta serie propicio algo tan inevitable como el auge las copias, o las series que intentan algo parecido o tienen muchos elementos en común. Se me ocurre ahora mismo RahXephon, o incluso Eureka Seven si nos acercamos a nuestros días, pero por encima de todas recuerdo Fafner.
Siempre he definido a esta serie muy sencillamente... me parece "Evangelion... bien hecha". Fafner es hija de esa misma escuela, tenemos a unos adolescentes pilotando mechas (han de sincronizarse y esas cosas porque ya Tomino agotó todas las excusas plausibles para que un adolescente sin formación militar fuera la punta de lanza de los ejércitos de mechas) luchando contra alienígenas y contra todos sus fantasmas. Tenemos simbolismo para aburrir y conversaciones muy filosóficas, sin embargo creo que esta serie logra encontrar un equilibrio más o menos ajustado entre argumento y la filosofía. Estas series tienden a desmadrarse hasta lo absurdo, usando su simbolismo para ignorar el argumento y las leyes de la narrativa. Fafner explica a sus aliens, y explica lo que buscan. Puede hacerlo mejor o peor, puede ser una explicación más o menos satisfactoria. Pero es. La serie pone todas sus cartas sobre la mesa y expone a las claras toda su mitología. Y desarrolla sus personajes de una forma creíble, he de decir en su contra que en el revisionado que le he dado estos días me ha parecido demasiado centrada en su protagonista (otro síndrome de estas series), pero sigue desarrollando al resto de secundarios y hace que estos funcionen independientemente (incluso lo que parecían secundarios destinados a llenar cajas de pino se desarrollan de una forma coherente y satisfactoria). La historia tiene algún gag ocasional para rebajar el drama, pero no hay moe ni echii ni nada de eso, todo esta supeditado a una historia muy dramática de unos niños que son obligados a luchar en una guerra y a morir en ella, y a unos adultos que no pueden hacer nada para evitarlo. Tenemos unos alienigenas que no sabemos si quierren erradicarnos o si sencillamente buscan conocernos, un conflicto de comunicación que enmascara el clásico tema de estas series de conflicto entre la infancia y la edad adulta, el olvido de los sueños en pos de la triste realidad.
Esta serie me encantó cuando la vi por primera vez hace ya muchos años (es una serie de mediados de la década pasada, y basta ver que no está reseñada en este blog en el que he reseñado practicamente cualquier anime que he visto en los últimos ocho años). En su revisionado la nostalgia y lo que la había mitificado han jugado en mi contra y me ha parecido inferior a la idea que tenía de ella, más confusa y demasiado centrada por momentos en una pareja protagonista algo mejorable. No obstante, sigue pareciéndome una serie muy entretenida. No es tan espectacular como me pareció en su día (es animación de batallas de hace 10 años y se han visto ya cosas mucho mejores), pero los personajes -especialmente los secundarios- siguen siendo muy carismáticos. El drama sigue teniendo una fuerza espectacular y algunas de las ideas que plantea continúan siendo muy vigentes hoy en día.
Además, y me he es imposible no mencionarlo, esta serie sigue teniendo uno de los mejores openings y endings que he visto en mi vida. Con el gran dúo ANGELA en todo su esplendor propiciando que incluso me comprara el cd de la serie (eso si, el resto del score es más bien normalito).
No etiqueto esta serie como imprescindible porque en su revisionado me parece que podía haber envejecido mejor. No obstante, sigue siendo una de mis series favoritas. En mi opinión, un ejemplo de alumno que supera al maestro. 

viernes, febrero 20, 2015

Lo bueno, lo feo y lo malo

One Piece 777 - Zoro contra Pica (supuestamente)

Capítulo extraño, y su vez algo identificativo de lo que está siendo Dressrosa. El capítulo tiene escenas realmente emotivas y potentes contrapuestas a otras bastante chapuceras.

Lo bueno:
-Los miniflashback de la muerte de Scarlett, sencillos pero efectivamente emotivos.
-Pica barriendo heridos. Brutal e implacable, haciendo gala del poder que se le presupone a un jefe ejecutivo.
-La estrategia de Pica. El ridiculamente eterno combate de Zoro queda explicado de la forma más simple posible, Pica se había dado cuenta de su error y no está seguro de ganarle... con lo que se ha limitado a alejarlo para ahora poder atacar al resto de protagonistas sin que el espadachín pueda deternerlo. Estrategia cobarde pero pensada, no me lo esperaba.
-En el siguiente capítulo parece que el personaje más molón de la serie se va a lucir a lo bestia. Luffy demostró contra Noah que su poder destructivo había llegado a la liga de los más grandes, ahora le llega a Zoro el momento de cortar una montaña.


Lo feo:
Robin. ¿De nuevo sin combate? Unos rasguñitos en la espalda y ya se queda ko. Vale. no es una luchadora y podemos decir que ha hecho bastante, pero ni siquiera se ha enfrentado directamente a Diamante y las heridas son bastante random... se las podía haber hecho cualquier secundario de Skypea al principio del juego de Enel y la sexy arqueóloga habría estado lista para no hacer nada contra Enel al final.
Y si el papel de Robin es discutible... mejor no hablamos de Fujitora, personaje cuyo paso por la saga parece limitarse a ser de presentación y que está acabando siendo desdibujado por el hecho de que Oda quiere guardárselo... y lo peor es que creo que con Burgess o Sabo se arreglaría este problema. 

Lo malo:
¿Qué demonios hace la tumba de Scarlett hay en medio?
Sabíamos que podía estar por la zona, y no le habría hecho ascos si Diamante hubiera llevado la pelea para allá por el factor psicológico, pero que la tumba aparezca de la nada y que precisamente el malo se golpee con ella me parece de lo más cutre y forzado que le recuerdo a Oda en resolución de combates.
Y, como me temía, el KO no era una estratagema de Diamante. Las escalas de fuerza son complicadas, pero particularmente le calculaba a cada ejecutivo jefe la fuerza de un shichibukai débil. Y Pica se ha mostrado digno de ese papel, no tendrá haki y basará toda su fuerza en su fruta, pero eso es mucha fuerza y basta para aplastar a cualquiera que no sea un monstruo. Sin embargo, Diamante, sabiendo que es un luchador completamente distinto, no ha transmitido en ningún momento la sensación de tener un poder comparable.
Bellamy. Todavía está en pie. ¿Qué demonios se propone Oda con él?

martes, febrero 17, 2015

Un día en compañía de los Wachowski

No soy un gran fan de Matrix, y eso -y otras circunstancias- había hecho que apenas hubiera visto nada de los Wachowski. Estas semanas, con el estreno de "Jupiter ascending" había decidido acabar con esa situación. Estos dos hermanos siempre me habían parecido muy meritorios, la fuerza visual de sus obras es innegable, pero mejor aún es que también sea innegable que no están nada acomodados y siempre intentan cosas distintas y arriesgadas. Las películas que conforman esta maratón cinéfila no podían ser más distintas entre ellas. Lo único común a ellas es que se notan extraordinariamente trabajadas y que, aunque la industria quiera se empeñe e hundir a estos hermanos como lo hizo con Shyamalan, esta dupla pare auténticos películones.

Speed Racer

Esta es una de las películas más difíciles de romendar que he visto. La película es ANIME. No he visto película que encaje mejor en esa categoría que esta. Es una adaptación de una serie de los 70, es una película infantil, con un mensaje muy sencillito y blando. Pero es una gozada. A nivel visual no he visto nada ni remotamente parecido.
Parece una película de animación con actores integrados, pero no una película de animación tradicional si no una completamente alocada. Las carreras son tan apabullantes y exageradas que abruman. La paleta de colores esta llena de colores brillantes y contrastes. La velocidad de la acción es sorprendente, usa todo tipo de efectos y las transiciones y cortinillas pueden sucederse dentro de un mismo segundo. El montaje de la película es prodigioso, su fotografía increíble e incluso los vestuarios y escenarios reales parecen sacados de una colorida serie. Las persecuciones son un espectáculo puro y duro.
Y sí, tenemos un niño con un mono en la peor tradición de las parejas cómicas de las series infantiles, pero tenemos a Susan Sarandon y a John Goodman, y tenemos a Cristhina Ricci. La película tiene un ritmo muy elevado y sus dos horas de duración se pasan volando. Las carreras y persecuciones son indescriptibles, y su estilo visual y su mensaje blando (no es que no digan tacos, es que celebran las victorias con leche) te retrotraen a la más pura niñez.
Pocas películas he visto que tengan una fuerza visual siquiera lejanamente comparable a este auténtico prodigio de diseño. Ahora bien, igualmente pocas películas he visto que sean más difíciles de recomendar que esta. Es infantil y avasalladora visualmente, y eso no es que pueda no gustarle a todo el mundo, es que creo que incluso depende de como te pille el día que la veas puedes odiarla o amarla.

Lazos ardientes

Opera prima del tándem, esta película del 96 se muestra claramente deudora del cine de gansteres más sucio de finales de siglo, con un aire a lo "Sospechosos habituales", "Reservoir dogs" o "Muerte entre las flores". Unos personajes oscuros sin excepción, una trama simple, algo de comedia, un poco de acción cruda y directa y una tensión siempre subyacentes. Tenemos cine negro de mafiosos, con asesinos y ladrones tratando de jugársela entre ellos, con un original y sensual toque dado por una pareja protagonista lesbiana tratada con una naturalidad pasmosa.
Dejando a un lado que ver una escena de cama con Gina Gershon y Jennifer Tilly haría que cualquier hombre (y alguna que otra mujer) marcara esta película como de visionado obligatorio, lo cierto es que es una buena película. Es corta y está hecha con cuatro duros, pero la falta de medios hace que todas las fuerzas de estos directores noveles se centraran en el guión y todos los aspectos de la dirección, y ello sin ninguno de los típicos ataque de pretenciosidad de los que suelen ser víctimas este tipo de películas. La película tiene muy pocos personajes y apenas un par de decorados, pero construye perfectamente la trama y desarrolla las relaciones entre los diversos personajes. Naturalmente el plan inicial de la pareja protagonista sale mal y pronto todo se basa en una sucesión de improvisaciones entre ellas y sus enemigas, donde uno tiene la sensación de que cualquiera puede morir en cualquier instante.
Los actores están bien dirigidos. Los gags son muy puntuales y funcionan. Los giros de guión sorprenden. Las escenas de acción vienen dadas por la trama, así como una escenas de tensión mucho más numerosas y que gozan de un montaje magnífico que poco a poco eleva la tensión de la película en cada escena. Fotografía y dirección son muy clásicos, aunque la escena de los billetes ya dejaba entrever el gran potencial de los hermanos a nivel visual. 
Es una película pequeña y sencilla, pero eso no es un defecto. Los Wachowski no serán recordados por esta película, pero es un buen largometraje de gansteres y ladrones.

El Atlas de las nubes

¿Quieres una película convencional? Aléjate de esta como de la peste. ¿Te apasiona el montaje y el maquillaje? El Atlas de las nubes es tu película. 

Esta película nos narra a través de varias historias paralelas en distintas épocas un mensaje sobre la libertad y la convivencia. Las historias, separadas por décadas o siglos entre ellas, están protagonizadas por los mismos actores con diferentes caracterizaciones (maquillaje que convierte a Hugo Weaving en una enfermera, a Halle Berry en una mujer blanca o que "asiatiza" o "desiatiza" a todos los personajes en el futuro). Las historias están relacionadas entre ellas mediante pistas que se nos van dando a lo largo del metraje, y en su propio desarrollo siguen una evolución paralela entremezclando el montaje planos de unas y otras durante los grandes momentos emotivos de la película.
Son tres horas de película. Es compleja y exige mucha memoria y atención por parte del espectador, pero poco a poco las piezas encajan y cuando uno ve como todos los personajes están conectados esto refuerza la empatía que siente por ellos. Es también, claro está, una de esas películas que gana mucho con el segundo o el tercer visionado.
La película es una auténtica exhibición de narrativa a la que además hay que sumar la potencia visual de los hermanos. Una muy notable película que, como parece casi una norma en estos autores, dista mucho de ser un producto mainstream.

Y, naturalmente, tengo que acabar esta reseña conjunta con la película que motivó el marathon:

Jupiter Ascending

La película se retrasó medio año y eso no parecía un buen síntoma. Además esta protagonizada por Mila Kunis y Chaning Tatum, lo cual me decía poco o menos. Para colmo de males, los Wachowski venían de varios fracasos, así esta parecía que iba a ser una película menor, sencilla y muy accesible, nada arriesgada. Y lo cierto es que es eso, nada más, pero tampoco nada menos.
Cierto, algunos diálogos son muy simples y la película se enfoca demasiado hacia sus dos protagonistas con más loas por parte de secundarios de las que me gustarían y un tufillo a romance adolescente cutre. Pero es una space opera del estilo antiguo, héroe y heroína salvando el universo. Aventuras, romance y acción, todo ello sin demasiadas complicaciones. Uno no le busca complicaciones a Star Wars, y creo que tampoco tendría que buscárselas a esta. Es simple cine palomitero, entretenido y vistoso, hay alguna que otra casualidad excesiva pero en líneas generales no insulta a la inteligencia.
Cierto, de los Wachowski uno siempre espera algo más, pero creo que la película no engaña a nadie en ningún momento... y el trasfondo está además ahí, con robots, clones, híbridos, razas alienígenas y un aire a lo Dune muy disfrutable. Es una pena que la película seguramente no vaya a tener continuación, pues el universo creado por los hermanos me parece muy sugerente.
¿Y visualmente? Sorprendentemente, quizás el punto que más me ha decepcionado de la película, quizás también porque era del que más esperaba. La película tiene un diseño muy bueno, pero quizás peca de un exceso de barroquismo y no es tan original que como cabía esperar. A nivel de acción hay grandes escenas, pero en algunas ocasiones pecan de ser demasiado excesivas y caóticas (además de abusar de las botas del protagonista para arreglarlo todo con ellas).
Es, seguramente, la película más convencional de los hermanos, o al menos la que más facilmente se encuadraría dentro del cine blockbuster mainstrean... no es ni mucho menos lo que esperamos de ellos y sabemos que pueden aspirar a más, pero su interpretación de este tipo de cine ni mucho menos me parece tan desdeñable como la crítica y la taquilla parecen creer.

sábado, febrero 14, 2015

Livin' on the edge

One Piece 776 - El héroe del coliseo

Capítulo extraño. Sería injusto decir que es un mal capítulo, pero creo que el adjetivo de decepcionante no se le puede quitar. Diamante ha resultado, al menos en este capítulo decepcionante. Sabemos que es un tramposo, y podría guardarse algún as bajo la manga, pero la página final hace pensar que ha acabado ya su participación en esta saga. Y que al final su ataque más importante parezca de Usopp (una versión mucho más potenciada de aquellos shurikens con los que el francotirador puso en apuros a Luffy en Water 7) no deja de resultar extraño. Además para colmo Diamante se ha tirado todo el capítulo con caras raras, haciendo gala de una bis cómica que apenas había aparecido hasta ahora. Sabemos que es un showman, y que es muy tramposo, y que ataca mucho psicológicamente... pero en este capítulo me ha sabido a poco su combate, amen de que me parece muy raro incluso que Oda haya finiquitado este combate en un único capítulo cuando era uno de los clímax de la saga y la tradición dicta un par de capítulos para los enfrentamientos de los Zoro/Sanji de turno. 
Habida cuenta de que el combate de Luffy ni siquiera ha empezado, se me hace más extraño todavía y refuerza esa sensación que tengo desde que Zoro le dijo a Elizabello que se guardara su puñetazo del rey. Narrativamente Oda ha intentado cosas nuevas en Dressrosa y eso siempre se agradece, pero el que el combate principal no vaya a ser alternado en sus fases iniciales con otros se me haría muy raro y creo que supondría un retroceso dentro del estilo de Oda.

El mundo sería muy triste si tuviera que justificar el poner este vídeo

Luego, dejando ya a un lado a Robin (que para lo que suele hacer ha hecho mucho), no me desagrada la resolución de la batalla de Rebbeca y Kyros. Sí, me habría gustado que Rebbeca hiciera algo, el personaje lo merecía, y una parte de mi querría que Diamante se levantara y la princesa hiciera algo y protegiera a su padre y le espetara que está orgullosa de sus manos manchadas de sangre o algo así... pero uno no puede decir nada ante la resolución de este capítulo. Ni siquiera creo que podamos pensar en machismo a pesar de que es obvio que existe en esta situación. Sencillamente ese Kyros -un personaje demoníaco como quizás sólo Zoro o Wiper- abalanzándose con toda su cólera suicida sobre su presa, recordando todo su sufrimiento como juguete (adoro esas lágrimas por no poder sentir el calor desapareciendo del cuerpo de Scarlet) y mostrándose orgulloso de que Rebbeca no haya herido a nadie o de haber dado su pierna por Riku, es sencillamente muy grande. Oda maneja muy bien esta emotividad y los más de 70 capítulos que han conducido a este momento han sido bien culminados. 

El concierto de Aerosmith ha acabado. Ahora en teoría llegará Manowar, y después teóricamente Ozzy tendría que tocar algún tema antes de ¿Michel Polnareff?

miércoles, febrero 11, 2015

Las novril y una noches

Misery

Paul Sheldon es un escritor contento. Su vida personal es una ruina, pero por fin ha terminado la gran novela que espera que restituya su prestigio después de haber pasado la última década prostituyendo su pluma al servicio de Misery Chastain, una serie de novelas de romance victorianas de esas que llenan las estanterías de los grandes almacenes con portadas en las que una top model sueca en un vestido blanco se abraza a una especie de cruce entre Conan y Kent. Cuanto parece que al fin podrá comenzar a cumplir sus sueños como escritor una combinación de nieve y alcohol estará a punto de matarle... por suerte lo rescatara de la muerte una antigua enfermera... que resulta ser su fan número uno.


Hace ya un par de años leí Carrie (ver reseña), había huido siempre de King por no gustarme el terror pero lo cierto es que acabé muy satisfecho de aquella lectura y tenía ganas de leer algo más del prolífico estandarte de Maine. Este autor ha redibujado muchos de los temores colectivos de la sociedad, y varias de sus obras son tan icónicas que no necesitan ser presentadas. Misery es, claro está, una de ellas. Un cuento de terror en el que un escritor es hecho prisionero y torturado por una loca fanática de su obra que le obliga a escribir para él. Con esta novela, como él mismo dejará claro, King traslada las mil y una noches a nuestros días.

Y lo hace muy bien. King es un escritor muy disfrutable, sus libros son muy accesibles y amenos de leer, y además intenta cositas en cada libro, como la inclusión de los surreales pasajes de las novelas de Misery en este libro. Creo que la novela no es redonda, especialmente al principio se hace algo lenta, y King abusa de una metáfora de pilotes y mareas que se me hace repetitiva (algo parecido pasa al final, cuando repite demasiado la idea de "la Diosa"). Sin embargo estos son detalles menores, y seguramente inevitables cuando hablamos de una novela de terror psicológico (la frontera entre la angustia agobiante y la repetición tediosa es muy estrecha y además cada lector seguramente la coloque en un lugar distinto). Pero el libro esta bien, muy bien. Annie es una villana terrible por lo impredecible de su conducta, estúpida a la par que retorcidamente lista, inocente al mismo tiempo que cruel. Y King desarrolla bien las diversas situaciones, aumentando poco a poco la tensión y el nivel de locura del dúo protagonista, dando esperanzas ocasionales al lector y destrozándolas poco después con un sadismo ejemplar.
Una novela muy entretenida y muy fácil de leer. Quizás el principio es mejorable, pero llegado un punto es difícil soltarla. Una novela absolutamente recomendable que, además, es toda una declaración de amor y orgullo del propio King hacia los escritores, hacia los lectores y hacia los propios libros. 

sábado, febrero 07, 2015

LA ENTRADA DE NARUTO

Hace unos meses le dediqué un momento mítico (ver reseña). La inmensa mayoría de los otakus occidentales modernos hemos tenido nuestra época de Narutard, no tiene nada malo admitirlo. Naruto era una serie con un grandísimo potencial y una fuerza visual innegable. Sin embargo, es una serie con muchos pros y contras, con unas decisiones por parte de su autor francamente discutibles. Y creo que la historia es coherente y está bastante trabajada, y avanza siempre en la misma dirección... aunque esta dirección es una muy rara. La opinión general sobre la serie parece ser que al final ha sido decepcionante, sobre todo por el interminable arco final de la guerra, y prueba de ello es que al final casi lo más comentado era la pareja final de Naruto o cierto guiño de Kishimoto a One Piece en la última página. No obstante, sus méritos no son escasos y su importancia en la historia del manga moderno no se puede discutir. 
Con el final del manga me animé a retomarlo allí donde lo había dejado, así que aquí llega mi reseña, plagada de SPOILERS y tremendamente crítica de la serie y los puntos que la separaron de ser todo lo grande que un servidor había imaginado sería durante los tiempos del exámen chuunin.

Lo hizo un mago... un Uchiha

El primer problema de esta serie aparece ya en la batalla contra Zabuza y tiene un nombre muy claro: Sharingan.
En un principio la serie distingue entre distintos tipos de técnicas, pero llegado un momento cualquier cosa parecida a batallas físicas o estrategia queda relegada a un segundo plano ante las mega supertécnicas mágicas. Técnicas que no tienen explicación y que en ocasiones sólo se fundamentan en una habilidad especial de un clan.
Es justo decir que en ocasiones Kishimoto logra introducir la estrategia en los combates, pero son pocas ocasiones, e incluso en estos casos muchas veces las estrategias están al servicio de estos jutsus imposibles. Y si bien hay algunos usos exagerados del chakra como armadura o elemento de curación, es con el Sharingan donde al autor se le va la cabeza, usándolo siempre como Deux Ex Machina y para justificar que Sasuke sea capaz de estar a la altura de cualquier monstruo de la serie. Kishimoto es un autor muy plástico, pero llegado un momento es en ocasiones muy claro cuando le da por solucionar los combates mágicamente mediante alguna técnica de ilusión que le permita además dibujar una composión curiosa.
Pero si este uso es una exageración ridícula de los primeros trucos de la serie, no es nada. Vemos técnicas que permiten invocar practicamente dioses como Susanoo, se habla tranquilamente de jutsus para viajar en el espacio tiempo como si fueran lo más normal del mundo, hipnotizar a todo un planeta es posible, y llegado un momento tenemos incluso técnicas que permiten alternar la realidad.
Sin embargo el Sharingan no es el mayor problema de la serie; es sólo una extensión del mayor de los males de este manga: los Uchiha. Esto no es ninguna sorpresa, muy conocidos son esos fanart que sustituyen el nombre de "Naruto" por el de "Sasuke" o "Uchiha". El protagonismo de la serie está claramente dividido entre estos dos personajes, pero incluso partiendo del hecho de que el rival del protagonista tenga su mismo peso en la historia, encontramos que la trama retuerce siempre su argumento para que los Uchiha estén en el centro de todo, convirtiéndolos en los protagonistas, haciéndolos el clan más poderoso... sin embargo resulta ridículo que tanto poder sólo se vea en Madara, Itachi y Sasuke pues el resto de miembros del clan son practicamente basura que no han hecho nada durante varias generaciones.
Todos los personajes están obsesionados con los Uchiha y con Naruto hasta el punto de que existen secundarios como Karin cuyo único fin en la serie parece ser ensalzar las virtudes de uno de estos personajes y recalcar cada momento en el que "molen" para que al lector no se le pase. Lo veo un error por parte de Kishimoto, han de ser los actos de un personaje los que hablen por él, no hemos de tener un comentarista cuya misión sea dejar claro al lector que lo que acaba de ver mola... si algo está bien, el lector será el primero en reconocerlo.
Una corriente narrativa muy extendida es la del héroe solitario. Cualquiera se identifica más con un héroe si sabe que esta sólo y no puede delegar en nadie, y la simpatía es mayor si sabe que incluso no será reconocido. Eso pasa con Naruto al principio, y funciona muy bien, e incluso el personaje "de soporte" inicial que es Hinata se desarrolla y crece de forma paralela al héroe llegando a influir en este. Pero si bien un personaje que ponga voz a los pensamientos del lector o refuerce el mensaje del autor no es malo ocasionalmente, si lo es cuando se repite hasta la saciedad, y tenemos decenas y decenas de capítulos con Tsunade, Kakashi o cualquier otro recondándonos lo bueno que es Naruto.
Estos narradores aparecen también en los combates, donde muchas veces las resoluciones son tan forzadas o "mágicas" que el lector no sabe lo que ha pasado o no es consciente del grado de amenaza real, y en estas ocasiones un personaje que observa la batalla desde lejos nos dejara claro que hemos visto algo muy espectacular y peligroso, aunque no lo sepamos. Es un recurso bastante pobre, y en algunos momentos pasa a ser sencillamente ridículo (Tobi parece un comentarista deportivo en el combate de Sasuke contra Deidara).

Un gran poder conlleva una gran responsabilidad

En honor a la verdad hay que decir que si bien el Sharingan es su máximo exponente, las megatécnicas llegan en un determinado momento para destruir la coherencia de la serie... porque las técnicas de Naruto y Sasuke apenas evolucionan, o lo hacen siempre sobre la misma base... y siempre son las más poderosas en retrospectiva... pero cuando aparece un nuevo enemigo da la casualidad de que no son tan útiles contra este, aunque luego este personaje supuestamente tan poderoso después vaya a quedar condenado al ostracismo. Ejemplo de esto lo vemos en Pain o en algunos de los kages, cuyos poderes son muy grandes pero siempre quedan supeditados a las necesidades de la historia para con los protagonistas, ensalzándolos cuando se enfrentan a Naruto o Sasuke pero ninguneándolos después.
La serie presenta también curiosamente el caso contrario con Sakura, personaje que no hace nada pero que de vez en cuando tiene que colocar junto a los protagonistas para maquillar un poco lo obvio de que el equipo 7 en verdad nunca fue un equipo (en serio, ¿cuantas misiones hicieron? ¿cuanto tiempo pasaron juntos? ¿de donde viene ese absurdo sentido de equipo?). Sakura sería también una muestra curiosa del machismo brutal de la serie, donde las chicas practicamente acaban reducidas a botiquines andantes.
Este caos en la escala de poderes se aplica también a las grandes bestias, cuyo poder ilimitado es limitado de vez en cuando. Las invocaciones, como las técnicas mágicas, estuvieron en la serie desde un principio... el problema es que en su clímax la serie junta a demasiados invocadores y bestias legendarias, estropeando la mística de estos y convirtiendo la serie en una sucesión de batallas de gigantes grotescos donde los protagonistas apenas parecen poder hacer nada... pero donde tampoco sentimos nunca una amenaza inminente e inevitable debido al poco carisma de estos monstruos. Para colmo de males, semejantes titanes propician unos inevitables problemas de encuadres y composición para los dibujos que los hacen difíciles de seguir y poco atractivos.
Tengo que mencionar aquí también un épico "guión no jutsu" consistente en que durante muchos capítulos uno de los motores de la serie sea la búsqueda de las bestias por parte de los malos para que, en el último instante, durante el enfrentamiento contra los dos que controlan las que les quedan por conseguir (Naruto y Bee -gran personaje, por cierto-) de repente ya no les hagan falta el 8 y el 9 colas porque tienen un par de "cachos" de ellas por casualidades de la vida.

En nombre de Luna, te castigaré...

En lo referente a la historia, creo que la trama de Naruto estaba bien definida desde el principio. Madara y el Primero estaban ahí desde el principio, y se van dando detallitos de ellos hasta que saltán a la primera línea de la acción. Y el mensaje del odio esta muy claro, así el porque Naruto es importante y el porque su actitud es inspiradora. 
Ahora bien, este planteamiento tiene serios problemas. Verdaderamente no hay nada que haga único a Naruto, no es un personaje especialmente carismático, y su perseverancia e idealismos los vemos en otros personajes (quizás menos escandalosos). Es un personaje claramente idealista y regido por unos ideales como los de nuestra época, y resulta absurdo desde cualquier óptica pensar que pudiera tener lugar en un mundo de ninjas en guerra. Los ninjas son asesinos, y en el mundo de Naruto son además soldados. Un personaje como Naruto no tiene sentido... y para colmo la propia serie destroza a este personaje, pues en un principio es un marginado que lo consigue todo por su propio esfuerzo y su convicción en sus ideales... para luego pasar a ser descendiente de un super clan y del propio personaje más poderoso de la serie, todo el mensaje de autosuperación queda en nada cuando vemos que el protagonista, su rival y gran parte de los secundarios son desde el mismo momento de su nacimiento "especiales".
Pero además Naruto es irrelevante. Todos son buenos de por sí, todos los personajes están cansados de guerra y uno no sabe muy bien porque siguen en ellas... porque los señores feudales llegado un momento son practicamente ignorados. La paz no se consigue por los discursos estúpidos pero bien intencionados de Naruto, el odio no es tan fácil de eliminar. La paz se consigue cuando una amenaza aplasta a todos los buenos y se ven obligados a cooperar. No se alían por voluntad, lo hacen por necesidad. Y luego sencillamente la serie ignora como se mantiene la paz posterior, algo que la historia nos ha enseñado que es mucho más difícil de conseguir que la firma puntual de la tregua.
La serie tenía un gran potencial de grises, con guerras entre ninjas, asesinatos y misiones crueles, y no lo aprovecha. Posiblemente el mejor villano de la serie sea Danzou, es el que ofrece más posibilidades a la trama, sin embargo Kishimoto no lo aprovecha y lo supedita por completo a la trama de los Uchiha. 
Esta bondad generalizada de los personajes se traslada a los enemigos, donde uno detrás de otro van todos pasándose al bando de los buenos. La serie no juega con grises y reduce el conflicto de los personajes a algo muy simple. Los malos son malos y los buenos son buenos. ¿Por qué? No me parece mal el plan de Pain, y desde luego me parece mejor que la negación de la realidad de Naruto. Las guerras no se producen por el enfrentamiento del bien contra el mal, se producen por el enfrentamiento de un bien contra otro. Cada bando tiene sus motivaciones y sus razones, ni mejores ni peores las unas que las otras. Kishimoto no respeta las ideas de los personajes que se oponen al pensamiento fácil y políticamente correcto que esgrime el protagonista de su serie.
Y esto tiene un curioso efecto, y es que cada villano es menos carismático que el anterior. La serie va cambiando poco a poco sus villanos, renovando ocasionalmente al enemigo final. El problema es que Orochimaru era carismático, y los Akatsuki tenían una fuerza visual brutal. Pero llegado un momento los Akatsuki comienzan a caer como moscas, de repente Kishimoto no parece necesitarlos y no sabe como librarse de ellos. En ese momento el autor ha perdido el sentido de la dirección y no sabe como pasar del universo hacia el que la propia serie había evolucionado a aquel hacia el que él queria dirigirse. Y entonces aparece Tobi, amparado bajo el nombre de Madara. Tobi resulta algo inquietante y es atípico, sin embargo tras Pain parece poca cosa. Luego llega Madara en sí, tan ultrapoderoso que carece de carisma, y con la llegada de Madara Tobi evoluciona en Obito en uno de los peores movimientos de la serie. Luego comienzan a aparecer las versiones monstruosas de estos, y finalmente llegamos a Kaguya, un pegote extraño como enemiga final que resulta completamente anticlimático.

En ocasiones veo muertos...
Kishimoto ha acabado con los Akatsuki, y ha hecho que todos los kages sean molones. No tiene entonces apenas villanos, sin embargo la idea de una guerra ninja era demasiado potente y estaba claro que era lo que todo el mundo quería ver -además de ser la herramienta perfecta para transmitir el mensaje de unificación que el autor quería transmitir-, la guerra debía continuar. ¿Pero sólo teníamos a Tobi y a un loco llamado Sasuke que nadie podía considerar como una amenaza para la paz mundial? Solución: ¡¡¡ zombies !!! 
El Edo Tensei estaba ahí desde el principio, era un recurso que desde el principio parecía muy forzado... pero podía servir como técnica extrema. El problema es que cuando se abusa de él resulta ridículo. No uno ni dos zombies, decenas, centenares de ellos, y además invulnerables y casi invencibles. Kishimoto resucita a todos los muertos, y a muchos que hasta entonces sólo habían sido nombrados. Fanservice a lo bestia. Padres contra hijos y leyendas antiguas contra modernas para enarbolar ese mensaje tan claro de la serie de que cada generación llega un poco más lejos que la anterior. Y hay buenos combates, y hay personajes muy carismáticos entre ellos, el problema es que es excesivo... villanos carismáticos anteriormente quedan reducidos por momentos a masillas, y otros grandes combates muy dignos no dejan de parecer en ocasiones enfrentamientos de relleno sin un componente emotivo... y casi mejor porque el componente emotivo forzado de otros saca lo peor de Kishimoto.
Porque hay algo peor que los zombies (ignorare aquí momentos surreales como que Orochimaru hubiera dejado una horrocrux en Anko y resucite como si nada). Peor que un zombie ninja... es un zombie ninja redentor. Kishimoto construye unos flashback brutales normalmente, preciosos, simbólicos y muy emotivos. Esos flashback, esos pasados, esas promesas de hijos de crecer para honrar la memoria de sus padres no necesitan la aparición de estos para darle una palmadita de orgullo y satisfacción a los protagonistas. Shikamaru no necesitaba ver a su maestro de nuevo, como Gaara tampoco necesitaba reencontrarse con su padre. Hay herramientas mejores para estos fines, y Kishimoto las conoce.
Pero hay algo peor que los zombies amorosos que vuelven de la tumba para reencontrarse con amigos y familiares. Peor que ellos son... aquellos que no vuelven, eso de Itachi de programar el Sharingan de su ojo para que lanzara un Amateratsu cuando viera otro Sharingan es horrible (aunque bueno, como hemos dicho, con el Sharingan todo vale... porque aquí también podríamos hablar de lo fácil que parecen ser los trasplantes de ojos en este mundo), pero lo de Kushina duele. La madre de Naruto es un buen personaje, pero eso de dejar "chakra" con un mensaje para su hijo es un recurso muy cutre para conseguir emotividad y lágrima fácil.  

Y vienes a pedirme que dibuje el día de la boda de mi hija...

El motivo de todos estos problemas es muy simple, la simple y llana desmotivación de su autor. Es algo previsible hasta cierto punto, la persona que era Kishimoto cuando comenzó a dibujar este manga era muy distinta a la que es ahora, 15 años después, con familia, y con tres lustros de agobiante trabajo a sus espaldas. Kishimoto también tiene dinero para toda su vida y la de sus hijos, así que es normal que poco a poco fuera perdiendo el interés en una obra que ya tenía muy avanzada y que caminaba hacia su cierre. Kishimoto, siempre lo he dicho, más que un mangaka es un creador de storyboards, captura muy bien el movimiento y crea verdaderas virguerías simbólicas cuando le toca representarlo. Creo que cuando sólo tenía que dibujar la trama que ya tenía diseñada, se limitaba a cumplir con sus dibujos -con su cabeza puesta en sus próximos proyectos- mientras que esperaba que llegase la siguiente gran escena a nivel gráfico.
Pasada la mitad del manga, comienza a verse que Kishimoto tiene prisa por cerrar la serie y el ritmo del manga comienza a ser errático. Los Akatsukis comienzan a morir al no saber el autor como usarlos, y al poco tiempo aparecen todos los kages. La serie, durante mucho tiempo centrada en Konoha, salta a un ámbito más global. Sin embargo Kishimoto no parece saber como manejar todos esos personajes -y además seguir manteniendo a los antiguos- y opta por lo seguro: volver a la dupla Naruto-Sasuke. Es una pena, los kages molan, tienen mucho carisma, e incluso llevan con ellos unos pocos secundarios bastante carismáticos. Pero el ritmo es demasiado elevado. La serie ha pasado de estar centrada en unos pocos alumnos de una generación de Konoha a narrar un conflicto internacional, pasamos de la nada al todo, y lo hacemos demasiado rápido. Kishimoto se olvida del tiempo y cada batalla sucede a continuación de otra sin tiempo para digerir estas o sus consecuencias, la planificación temporal es sencillamente nefasta y el autor tiene que recurrir incluso a algo tan chapucero como las teletransportaciones.
Pasados estos capítulos, cuando alcanzamos el comienzo del final, aparece un problema inesperado y sorprendente; el dibujo se hace mucho más confuso con grandes encuadres y un uso de un trazo demasiado grueso en unos escenarios genéricos y sobrecargados que dificultan seguir la acción correctamente. Llegado un momento el dibujo de Kishimoto comienza a empeorar, algo extraño que además coincide tristemente con el que es el desenlace de la serie y su gran clímax.
Hablo por supuesto de la guerra, que tiene un problema más grande que el del dibujo. Los últimos doscientos capítulos del manga son ridiculamente eternos, vemos una guerra eterna que no avanza ni acaba, donde se le da a todos los personajes varios combates, donde el fanservice está en cada plano y donde tenemos más saturación que nunca de Naruto y Sakuke... porque absurdamente son la pieza clave a pesar de estar en el campo de batalla otros muchos monstruos. Pero, como he mencionado antes, todo queda supeditado a estos dos, que pueden librar infinidad de combates, tienen la clave para acabar con enemigos aparentemente invulnerables, motivan a todo el mundo e incluso pueden montar una LAN de chakra para restaurar las fuerzas de sus aliados. Tenemos aquí pues los grandes defectos de la serie eclipsando a sus grandes virtudes, todos los personajes acaban siendo fagocitados por la dupla Naruto-Sasuke y esa fuerza mágica incomprensible de ambos que los hace ser los únicos determinantes.
La guerra comienza bien, con componentes estratégicos y algunos buenos combates de secundarios. Pero todo esto es una trampa. Al final no sirve para nada. Cuando algo parece avanzar en la guerra, de repente se sucede un gran cambio de una forma no todo lo lógica que uno quisiera y hace que todo lo que ha pasado hasta entonces sea poco menos que irrelevante. Se nota demasiado que Kishimoto lleva la historia por donde quiere, aunque este no sea el flujo natural de esta. Momentos como el mencionado "ahora no necesito las bestias" o ese momento en el que Neji muere (la muerte de Neji es practicamente la única del grupo protagonista, lo cual es ridículo, pero más ridículo es aún que provoque una motivación de todo el grupo cuando antes han muerto decenas de miles de ninjas que a nadie parecen importarle entonces).


¿Es Naruto una serie imprescindible? Sí, lo es. Podría ser mucho mejor, y creo que la impresión final es que es una serie algo decepcionante. Pero igualmente que podría ser mejor, podría ser peor, muuuuucho peor. Naruto no es un mal manga. Tiene algunos defectos, algunos de ellos graves. Pero tiene un buen dibujo, y tiene buenas ideas. Tiene una historia y unos personajes muy dignamente trabajados para una serie que se ha ido escribiendo a ritmo de 18 páginas cada semana durante 15 años.
Y es una serie importante, capital, eso es indudable. Es quizás el manga más importante en Occidente desde Dragon Ball, y como tal trasciende el papel meramente artístico y comercial para ser un elemento propio de la cultura actual.

jueves, febrero 05, 2015

Los reglones torcidos de los dioses

El crepúsculo de los dioses

Hacía mucho que quería ver esta película. Es uno de esos clásicos inmortales del cine y tenía miedo de que me decepcionara como algunos dramas de la época, pero no ha sido así. No pocas veces he mostrado mi admiración Billy Wilder en este blog, y esta amarga película sobre una estrella venida a menos que se niega a aceptar su realidad sólo me da más motivos para idolatrar a este director. 
En favor de las normalmente criticadas traducciones de títulos,
he de decir que el de esta me parece sublime.
La película comienza con el asesinado del protagonista y, a partir de esa escena comienza un gigantesco flashback que ocupa casi la totalidad del metraje con excepción del simbólico epílogo. La película esta protagonizada por un guionista del Hollywood de los 50 en apuros económicos que por casualidades de la vida acaba en la mansión de una antigua estrella de los años 20. La diva del cine mudo vive en una extraña mansión aislada del tiempo, convencida de su grandiosidad y despreciando a un mundo que se niega a creer que la haya olvidado. Escenas raras, surreales a la par que tristes y amargas se suceden mientras somos testigos de la locura de la protagonista de la película. Es una película triste y oscura, un drama sobre el sentido y la fugacidad de la vida con tintes de thriller que sabemos desde el principio que va a acabar mal. La locura de la diva, al principio pintoresca o surreal pronto deja de ser una comedia para convertirse en un espectáculo muy triste ante el que el protagonista no puede hacer nada a pesar de todos sus intentos.
Una película de 106 mínutos con apenas 4 protagonistas da tiempo de sobra a Wilder para desarrollar sus personajes, con sus dramas y sus romances, con un ritmo pausado y preciso, al tiempo que también le da margen para secuencias simbólicas que parecen sacadas de un sueño extraño. La fotografía se nutre de un decorado sobrecargado hasta el exceso para incomodar al espectador. Los actores están bien, correctos, aunque es justo decir Gloria Swanson se come la pantalla con un papel escrito para ella.
Es una película oscura y amarga, pero también un melancólico y sentido homenaje a todo el cine de una época con cameos incluso de Cecil B. DeMille y Buster Keaton. Y, por encima de todo, es una grandísima película. Absolutamente recomendable.

lunes, febrero 02, 2015

El secreto no está en el echii

Shokugeki no Souma - Capítulo 100 masomenos..

Este nuevo pilar de la Jump ha alcanzado el centenar de capítulos, y lo ha hecho concluyendo su primera gran saga y recuperando gran parte de su fuerza inicial. Creo que, tras un primer año muy entretenido, la serie había entrado en un pequeño bache con la primera parte del torneo, donde tuvimos una sucesión demasiado larga de capítulos en los que -en cada uno- se presentaba a un cocinero distinto con un plato y unas reacciones que pretendían ser demasiado superlativas. Esta parte me aburrió algo, no tenía apenas emoción y creo que todo pareció demasiado forzado. Luego en las siguientes fases del torneo la serie perdía algo de tiempo mostrando como cocinaban la comida, siendo descriptiva pero al mismo tiempo guardando secretos que luego mostraban con las reacciones. Esa forma de narrar los duelos, ralentizaba mucho el desarrollo.
Ahora el manga parece haber recuperado su mejor ritmo. Poca cocina, y explicación de los platos durante las reacciones, evitando la redundancia de dos capítulos para ensalzar un mismo plato de comida. Quizás sea porque ahora hay menos contendientes en liza, pero tengo también la sensación de que los autores han pulido la narrativa y sencillamente todo se sucede ahora de una forma más rápida y ágil. 
Las explicaciones de comida son necesarias, pero lo cierto es que particularmente las leo sin demasiado interés, no son ni mucho menos lo que le pido a este manga. Lo que le pido son personajes y humor, y de eso de momento anda muy bien servida con unos personajes molones y divertidos que dan lugar a enfrentamientos muy divertidos -y épicos a su manera- y un poco de comedia romántica tontorrona bastante simpática.
En la parte técnica... poco que decir, el dibujo del manga sigue siendo tal salvajada que es dificil creer que sea una obra semanal. Aunque el dibujante usa muy bien las deformaciones cómicas para ahorrar fondos y hacer más sencillo el dibujo, el nivel medio suele ser muy alto y encontramos composiciones muy trabajadas, y ello claro sin mencionar las colosales viñetas de las reacciones (normalmente dobles páginas) y las increíbles representaciones de los diversos platos de comida y sus ingredientes.
Shokugeki es un manga que empezó sorprendentemente bien pero que, poco después de su primer aniversario, comenzó a atravesar un periodo algo tedioso. Afortunadamente se ha recuperado de ello y vuelve a centrarse en sus personajes y en la comedia que estos generan.
Echii hay. Lo ha habido desde un principio y lo habrá desde el final. Y con el dibujo que tiene esta serie casi sería un crimen que no lo hubiera. Pero la serie es casi neutra y a los autores parece gustarles casi tanto dibujar a chicas esculturales como a sus contrapuestos masculinos (aunque es absurdo negar que los desnudos masculinos parecen más paródicos que sus equivalentes femeninos, también lo es negar que aún así el dibujo sigue siendo escandalosamente bueno). La "carne" es un componente obvio en la ecuación del éxito de este manga, pero no creo que sea el más importante ni el más determinante. Uno puede echar vistazo a este manga porque su dibujo es un regalo para los ojos, pero si uno continua leyéndolo es porque por debajo de su grafismo hay un manga deportivo bastante entretenido.