viernes, enero 30, 2015

Otra baja para Spectra

One Piece 775 - Desde Lucy Anne, con amor

Este capítulo era más predecible que una línea recta. Todos sabíamos lo que iba a pasar, pero todos sabíamos igualmente que nos iba a molar. La única pega al capítulo quizás vendría de la única pequeña sorpresa, el hecho de que Mansherry es tan adorable como cualquier otro enano y en verdad su actitud caprichosa sólo es para con Leo y se debe a una coquetería que este es incapaz de comprender, pero lo cierto es que la pareja que conforman ambos enanos es tan mona que poco se puede decir contra ella.
Pero, naturalmente, todo en este capítulo lo eclipsa el desenlace del combate entre Franky y Señor Pink. No es el mejor combate de la serie, pero sin duda es uno de los más carismáticos que Oda jamás ha dibujado. El combate te retrotrae a cuando eres niño y todo es muy simple, y hay cosas que molan y con las que sueñas en convertirte cuando crezcas, uno quiere ser como esos grandes hombres duros del cine. El capítulo es simple y llana hombría en el sentido más inocuo e idealista de la palabra. Cualquier cosa de este combate vive en una esfera completamente distinta a la del resto de la saga, y de hecho creía francamente posible que el combate acabara incluso después del de Luffy… pues este duelo de hombres estaba por encima de la propia Dressrosa en sí. Hay drama y hay tragedia en Dressrosa, y ni que decir tiene que todo lo que pase en esta saga tendrá una gran importante en el futuro de la serie. Es, a nivel de relevancia, una de las sagas más grandes de la serie. La banda está sacudiendo uno de los pilares del mundo. Pero, ante Franky y Pink, eso sencillamente no importa. Aunque Oda ha dejado ver que Mansherry es una Orihime gravimétricamente posible para dar un poco de tensión a los capítulos futuros, este combate es en verdad entre la destrucción o no de la Factoria para todo el mundo, pero no para Franky y Pink, para ellos es algo más importante, algo mucho más importante.
Y el combate es tan absurdo como la voluntad de estos dos personajes, pero sencillamente mola verlos intercambiar golpes sin esquivarlos. Mola verlos ponerse a prueba y comparar la batalla a un duelo de bebida. Mola porque son duros. Son irreales y son imposibles, pero por ello molan. No son malos o buenos, son estoicos y duros, hombres que están más allá de las palabras, hombres que actúan, hombres en los que sabes que puedes confiar porque cuando tengan que hacer algo lo harán. No lo intentarán, lo harán. Lo harán aunque le cueste la vida, y si la vida les va en ello no importará, porque lo habrán hecho. No son superhéroes que hagan posible lo imposible. Son héroes que sencillamente lo hacen, sea lo que sea.
Y a un Franky con reminiscencias de Terminator se le suma como rubrica final el esperado miniflashback de Pink, el enemigo más carismático de la saga y del que todos esperamos ver una historia de portadas. Y es un flashback corto, pero intenso y bien construido, y naturalmente traumático, para nada inferior a los pasados de los miembros de la banda. Y es, sobre todo, un flashback coherente, un drama que realza la humanidad de Pink y al tiempo justifica su apariencia ensalzando su hombría.

miércoles, enero 28, 2015

Regreso al teatro de la ópera

Final Fantasy Theatrhythm Curtain Call

Me gustan los juegos musicales, no todos por supuesto, y no todos igual. Pero en general es un género que me gusta si la música está dentro de mis gustos (soy bastante abierto musicalmente, salvo para el pop más comercial... aunque ¡harasho! (ver reseña de una de las ocasionales excepciones)).
La primera parte de este juego me llamó bastante la atención a raíz de algunas reseñas que leí de él, tenía ganas de un juego musical y este tenía buena pinta, amén de que la música de esta franquicia siempre ha estado bastante bien. Cuando estaba a punto de comprarlo anunciaron esta nueva entrega, que ya directamente traía todos los temas descargables originales. Un total de 221 canciones (a los que recientemente se han añadido más -de pago- de otros juegos como Chrono Trigger).
La historia es una soberana chorrada en la que un malo hace algo muy malo y todos los buenos se tienen que unir para derrotarlo completando canciones. Sí, el malo tiene nombre y hay un poco más de trama... pero vamos, da bastante igual para lo que es el juego.
Básicamente tenemos tres modos de juego. Uno en el que podemos jugar libremente a cualquier canción. Otro modo versus en el que podemos jugar contra cualquier otro jugador online o contra la máquina. Y uno último en el que vamos atravesando un mapa como si fuera un juego de rol, donde cada pantalla y jefe es una canción. Para afrontar las canciones disponemos de una party de 4 personajes, elegibles entre unos 60. Estos personajes tienen niveles, así como la posibilidad de equipar también diversas habilidades desbloqueables. Además también podemos equipar a nuestro grupo con un objeto, que modificará nuestras estadísticas, recuperara salud, nos permitirá obtener alguna habilidad o nos dará alguna ventaja de algún otro tipo. Destacar también en el modo "aventura", la barra de vida se mantiene de una canción a otra, y aquí podemos utilizar también los objetos entre pantallas para facilitarnos la aventura.
Dentro de las canciones las hay de tres tipos. Tenemos unas pantallas "de viaje" en las que nuestros personajes recorren un escenario, otras en las que nos enfrentamos a unos enemigos y un último tipo en el que sobre un vídeo hemos de pulsar los botones adecuados. Señalar también que el último tipo es el más escaso y el segundo es el que es usado durante los modos de juego de batallas.
Sobre estos tres modos de batalla, hay tres tipos principales de pulsaciones a realizar. Pulsación simple de un botón, pulsación mantenida e inclinación del stick en una dirección en concreta. Este tipo de pulsaciones se alternan y combinan entre ellas, y obviamente la velocidad y variedad con la que aparecen aumenta con cada uno de los tres niveles de dificultad disponibles.
En batalla, además de este tipo de acciones, hemos de enfrentarnos a los efectos que provocan los ataques que nuestro rival nos haga. Tenemos una pequeña barra de ataque que se va llenando conforme pulsamos acertadamente los botones durante las canciones y que, al llenarse, ocasiona algún tipo de efecto random sobre el contrario (aceleración, velocidad aleatoria, ocultación de los tipos de pulsaciones a realizar, etc).
En cuanto al control, podemos usar el stylus, el stylus y los botones, los botones sólo (e incluso dentro de estos varias opciones). Diría que el control por podría ser mejorable, pues no termina de funcionar bien en el nivel de dificultad superior... aunque aquí entra algo llamado dificultad propia del juego y lo normal en estos niveles es que el stylus funcione mejor (aunque tengo que decir que no es un modo de control que me guste porque este parece uno de esos juegos que te puede costar la pantalla táctil de la consola).
Tecnicamente, dejando de lado el control, hay poco que decir. Diseños simpáticos y sencillos superdeformed para los personajes y los enemigos, animados muy sencillamente. Los altavoces de la 3DS dan para lo que dan, pero en general la música suena muy bien (obviamente suenan mejor los temas modernos, mucho más grandilocuentes y orquestales, mientras que los de los juegos anteriores a Final Fantasy VII tienen un entrañable sonido retro).
En cuanto a duración... sencillamente estamos ante uno de esos juegos que se pueden calificar como interminables. Tenemos más de 200 canciones, con una dificultad bastante alta en sus niveles medio y alto. Intentar acabarlas todas "perfectas" puede llevar varios cientos de horas (digo "cientos" y digo "varios"). Al margen de este reto, incluido dentro de los 96 trofeos del juego y del modo online, tenemos otros objetivos más razonables del tipo de conseguir a todos los personajes o cartas con las que se nos recompensa y que rememoran toda la historia de la franquicia.
¿Recomendable? Como juego músical es bastante bueno, variado dentro de su estilo y repleto de opciones y posibilidades hasta lo indecible. No obstante, sobra decir que a uno han de gustarle los juegos musicales y, naturalmente, ha de ser un fan de la franquicia Final Fantasy pues el juego no deja de ser un gigantesco homenaje a la música y al universo en sí de esta franquicia.

domingo, enero 25, 2015

Canción de doctores y sastres: Nosotros no lloramos

One Piece 774 - Leo, capitán del ejército Tontatta

Resolución algo torpe de la trama de Mansherry por parte de Oda. No es un mal capítulo, tiene su gracia, es emotivo y la princesa enana es lo más "bonico" que pisa la Tierra. No obstante, y sabiendo -en base a su descripción inicial y a la última viñeta- que la princesa va a ser un personaje muy divertido en los próximos capítulos, creo que Oda no ha conseguido el grado de emotividad y épica que pretendía con los enanos. Star. El capítulo cierra casi por completo este arco de la saga, y me ha parecido algo precipitado. En algún momento de la saga se nos han dado pinceladas de este rescate, pero han sido muy pocas y en general me habría gustado que esta misión hubiese tenido más presencia en los últimos capítulos pues su cierre me ha parecido demasiado episódico. Trek. Me gusta mucho como Oda enlaza personajes y circunstancias, y tengo la sensación de que en estos últimos capítulos Oda esta cerrando tramas una detrás de otra casi en plan automático. 
Siempre es buen momento para recomendar Star Trek: Espacio profundo nueve
No me ha disgustado el capítulo. Pero creo que podría haber sido mejor. Me ha parecido todo demasiado oportuno. No me disgusta el recurso de las habilidades sanadoras, pues creo que incluso concuerda con el carácter de la banda de Doflamingo y los recursos y estrategias de este (recordemos que, igual que aprovechaba a Mansherry, extorsionaba a Violeta para tener la mejor vigía e interrogadora posible). Espacio. Ahora bien, cayéndome bien Leo y adorando a Wicca, me ha parecido excesivo que Leo haya podido derrotar a Jola. Siendo Jola una ejecutiva fisicamente débil, y alguién que depende por completo de su poderosísima y extraña habilidad, es relativamente comprensible habida cuenta de la fuerza y la velocidad atribuíbles a los enanos... pero estos han sido muy ninguneados en este sentido a lo largo de la saga y me parece muy forzado que justo ahora hayan recuperado su fuerza oportunamente. Bian y Kabu, eran derrotados como moscas por los ejecutivos, y sin esperar que los derrotasen me habría gustado que plantaran algo de batalla habida cuenta de su rango militar y de tener frutas zoan de insectos (la combinación de enanos con este tipo de frutas creo que debería ser terriblemente poderosa a nivel de fuerza y velocidad). Profundo.
Luego, naturalmente, esta Robin. He releído un poco por encima los primeros capítulos de la "Jaula de pájaros", esperando ver si Luffy le asignaba explicitamente la misión de proteger a Rebecca porque ello justificaría su papel... pero no, no lo hace. Luffy le dice a Rebecca que tiene que sobrevivir, y quizás podríamos considerar que Robin lo interpreta como una orden, pero no hay una orden directa como tal. Osease.. Robin es una cachonda. Nueve. Después de llegar en el capítulo anterior y soltar una frase molona, ahora le dice a Diamante que se esta equivocando si cree que ella va a luchar y manda a Kyros hacerlo cual entrenadora pokemon, y ella mientras se queda cuidando a Rebecca para que no estorbe. Surreal.

viernes, enero 23, 2015

Akamatsu se pone serio

Hace unos pocos capítulos Akamatsu soltó un pequeño bombazo... que estuve a punto de reseñar, pero al final la pereza y que por aquellos entonces tenía bastantes entradas preparadas hizo que la cosa se quedara en un par de twitts... sin embargo la cosa ha ido subiendo de nivel hasta que creo que ya ha es imposible negarle una entrada que, advierto, va a estar plagada de spoilers.

Capítulo 62
Tras un capítulo de baños con un poco de desarrollo de Kuromaru y las habituales coñas de este noble subgénero de la comedia echii... Mana Tatsumiya arriva a la serie. 
Un movimiento medio previsible. Un personaje carismático de Negima que no obstante no era uno de los "grandes" y que servía para ir reforzando el puente entre las dos series, además su inmortalidad ya estaba explicada y ni siquiera tenía que ser una anciana.
Y... Akamatsu es Akamatsu. Una francotiradora alta, pechugona, de tez oscura, y con estilo... ese personaje estaba muy desaprovechado en Negima y había que ponerle remedio. 

Capítulo 64
Unos cameos de Yue, Gu-Fei y Negi ponían la vena nostálgica al capítulo y comenzaban a señalar la dirección que la serie quería tomar. Ante la sombra del antiguo protagonista tanto Evangeline como Fate aparecen de la nada en plan estelar.
Parecía una saga más de puente y de presentación del mundo de UQ Holder, pero de repente las cosas amenazan con ponerse muy serias.

Capítulo 65
Tras Mana y los cameos, y con la presencia de Eva y Fate, uno no esperaba ya más... aunque pensaba que podía haber lugar para la propia Yue, para la delegada como directora verdadera del colegio, para algún descendiente de Kotaro o para Rakan (porque siempre hay sitio para Rakan). Pero no, Akamatsu suelta toda la artillería y retorna Negi... y si eso ya es algo que no esperaba tan pronto, lo hace además acompañado por Nagi.
Una amenaza para ambos, menciones a algo que hace especial al prota, y Fate y Eva aparentemente aliados -y acojonados- ante el nuevo enemigo.


Se ha acabado el principio de UQ Holder. Sobra decir que aún hay personajes que presentar y desarrollar, y que Akamatsu seguirá obsesionado con la higiene femenina... pero la trama seria está ante nosotros.

miércoles, enero 21, 2015

Camino a la comiket 2020

Haikyuu

Los spokon, o mangas deportivos, siempre han tenido su público, sin embargo de unos años para acá creo que es un género que está cobrando más y más fuerza. Naturalmente, siempre ha habido clásicos, y la magistral "Slam Dunk" miraba en su época de tu a tu nada más y nada menos que a Dragon Ball. Pero después, incluso grandes éxitos como "Prince of tennis" no dejaban de ser superventas moderados. Estos últimos años ha habido un resurgir del género con éxitos ya nada moderados como "Kuroko no basket", "Yowamushi pedal" o esta "Haikyuu" a la que el año pasado solo superaron en ventas piratas y titanes.
Las series deportivas se basan en la competitividad y la integración, el esfuerzo por ganar y el hacerlo en compañía de un grupo de amigos. Esta serie no es una excepción. Tenemos a un grupo de estudiantes luchando por un objetivo común. Los hay geniales y los hay esforzados, los hay triunfadores y los hay perdedores, los hay listos y los hay tontos. Los hay de todas formas, pero ninguno puede ganar por si sólo los partidos y la suma de todos es mucho más que la suma de sus individualidades. No es una serie de individualidades aunque tengamos una marcada pareja protagonista y peque un poco de tener el clásico protagonista inútil en casi todos los aspectos menos en uno que es monstruosamente bueno.
 Tampoco es una serie de drama fácil con tropocientos traumas, los protagonistas son simplemente jovenes deportistas y la serie acierta al mostrar que no hay nada que los distinga especialmente del resto de equipos. La serie tiene un más que decente tratamiento de las victorias y las derrotas para lo habitual en el género, los protagonistas pueden perder... y eso no es un drama... es simplemente una derrota. La serie no es pretenciosa y sabe que es un simple anime deportivo con los clásicos personajes carismáticamente idiotas que permiten pasar de la comedia a la épica en pocos segundos. Sana competitividad deportiva y afán de superación. Son valores muy cómodos de vender, con lo cual las series se pueden colocar en horarios accesibles para todos los públicos en un país que ya camina hacia las olimpiadas del 2020. 
Y a los personajes carismáticos que se esfuerzan y libran batallas épicas se suma otro factor, y es el hecho de que son jóvenes atléticos en una industria que ha descubierto que igual que hay otakus que compran mierdas de moe, hay también muchas fujoshis por el mundo que también pagan por carne dibujada. Y he de decir que me alegro de este punto ya que le da cierta libertad al autor. La serie tiene algún que otro diseño bishonen pero poco más, las relaciones entre los protagonistas son muy cómicas y muy shonnen, pero creo que la existencia de este mercado ahora tan presente es muy beneficiosa porque libera al autor de esa casi obligación de introducir esos romances cutres que parecían tan obligados en las series antiguas y que lastraban tanto su ritmo con tramas que no le importaban a nadie (de hecho apenas hay una tía en la serie y si dice más de diez frases en toda la serie es de casualidad).
Los diseños de los personajes son bastante variados y heredan del manga unos trazos algo agresivos que lo alejan un poco de los diseños más genéricos y habituales en el género. Hay deformaciones cómicas y un poco de simbolismo básico en los partidos, pero creo que si por algo destaca la animación -en líneas generales muy consistente y lograda- de la serie es por lo bien que refleja el movimiento de la pelota y la velocidad de los partidos. El voleibol es un es un deporte muy rápido y dinámico, que da lugar a muchas alternancias, y eso beneficia a una serie que no se atasca nunca en puntos eternos o nos muestra remontadas imposibles.
La serie no inventa nada, pero es una serie deportiva con muchas de las virtudes del género y pocos de sus defectos. Probablemente si no hace las cosas muy bien en su anunciada segunda parte pocos recordarán esta serie dentro de unos años; pero si bien no es un imprescindible, no deja de ser una serie bastante recomendable.

lunes, enero 19, 2015

Oscuro y sobrio heavy-metall

Metallica - Album negro

No soy un fan de Metallica, dicho sea desde el principio. Siempre me ha gustado el heavy más alegre, pero con los años uno cambia y tras mucha velocidad sinfónica uno aprecia mejor la sobriedad y la contundencia de bandas más duras. Metallica al parecer es "trash-metal" (digo al parecer porque llegado un punto es ridícula la cantidad de etiquetas que hay dentro del heavy), es un heavy lento, grave y contundente, pero también con toques melódicos. En mi humilde opinión diría que la banda está entre la crudeza de unos Black Sabbath y la sobreelaboración de Symphony X.

Repitiendo que Metallica no es santo de mi devoción, tengo que decir que este disco me ha gustado mucho. No es mi estilo favorito, y creo que el disco peca un poco de repetitivo y alargado, pero el disco tiene una fuerza imposible de negar. La producción es muy buena y, si bien comienza a verse la sombra de la lacra del sonido artificial que tanto daño ha hecho a la música desde los 90, todavía tiene la fuerza simple y directa de un concierto, que es lo que siempre ha dado poder al heavy. El disco se mueve en tonos graves y batería y bajo están muy presentes, marcando los ritmos notablemente a unas guitarras que se me hacen algo monótonas en algunos cortes.

De "Enter Sandman", "The unforgiven" y "Nothing else matters" poco puedo decir. La contundencia de la primera, la sobriedad de la segunda y lo melódico de la tercera describen a la perfección el disco.
"Sad but true", "Dont´tread on me" y "Of wolf and man" muestran un sónido muy crudo y directo. Son temas no especialmente complejos, pero muy contundentes. "Holier than thou", "Through the never" y "The struggle within" son partícipes de una contundencia parecida, pero le añaden más frenetismo y dejan pequeños momentos para el lucimiento de todos los componentes de la banda.
"Wherever I may roam", "The God that failed" y "My Friend of misery" muestran un sonido más elaborado. No obstante tambien tengo que decir que en muchas de estas canciones se entrevé un alargamiento de algunas partes. Son temas en los que esta presente ese mal tan frecuente en la música de que la creencia de que más minutos hacen mejor a la canción.

Es un disco cuyo sonido me pareció algo repetitivo de primeras, pero que me fue gustando más con cada oída. Es también un disco curioso, muy ensalzado por algunos, y muy defenestrado también por los fans más puristas de la banda.

viernes, enero 16, 2015

Aventuras y desventuras de una arqueóloga en el país de la pasión

One Piece 773 - Mitad y mitad

¿Capítulo entretenido? Sin duda. El capítulo es una sucesión de estupideces que muy dignamente toma el relevo del capítulo de Sai-Chinjao-Baby 5-Lao G. Es algo distinto, pues esta vez teníamos al villano claramente en inferioridad y Oda se las ha ingeniado para equilibrarlo tirando de la estupidez o las particularidades de los héroes, esta vez más enfrentados entre ellos (literalmente Cavendish se enfrenta a sí mismo) que pendientes del homenaje dragonballiano que Gladius es.
Ahora bien, siendo muy disfrutable el combate, no deja de parecerme algo forzado que Cavendish y Bartolomeo hayan caído para acabar con Gladius, pues esperaba más de ellos. Sobre todo porque han dejado vía libre a Robin frente a Diamante, lo cual me parece absurdo. Sabemos que Robin no va a librar el combate y, si bien me encanta el momento de las palomas, no deja de ser una pose para la galería para cerrar el capítulo con fuerza. Robin no va a librar esta batalla. Si hay un miembro de la familia DonQuixote que parece que tiene un némesis claro ese es, claro, Diamante. Diamante ha de caer a manos de la dupla Kyros-Rebecca. Robin hay no pinta nada, e incluso ese deseo de proteger a Rebecca me parece absurdo si tenemos en cuenta la interacción casi nula que ha existido entre las dos féminas. Naturalmente no me quejaré si Oda le regala a Robin un buen combate, pero no deja de parecerme divertido como la tía se está paseando por todo Dressrosa, vacilando a multitud de enemigos y soltando frases molonas para acto seguido dejar el combate en manos de otros. Y creo que este no será un caso distinto, Robin en esta saga es carne de Mansherry y los enanos.

El futuro incierto de Robin me extraña tanto como el de esta saga. Los tres grandes ejecutivos aún están intactos a efectos prácticos, pero el combate de Luffy no ha comenzado y Oda ya "ha gastado" los combates pequeños (exceptuando, por supuesto, el combate de Franky, que vive al margen de las esferas del tiempo). Oda no suele colocar cinco combates seguidos de batalla, su estilo es el de usar una veintena, que al principio todos se alternen y luego ir acabando en orden de importancia. Pero ahora sólo nos quedan Diamante, Picas y Trebol. El combate de la estrella del coliseo parece el más normal, porque el del golem está ya muy alargado y el del guardian de Sugar ni siquiera está planteado. Aún pensando en una hipotética aparición de Burgess, parece que faltan batallas para enmarcar el duelo de Luffy con Doflamingo. 

Es raro, estos últimos capítulos, si bien muy entretenidos, han dejado entrever cierto apresuramiento por parte de Oda, como si quisiera acabar cuanto antes con ellos. Y me extraña. Por mucho que alguna revelación de los enanos o algún discurso de Riku ocupen un papel importante en los próximos capítulos, parece como si faltara algo, como si Oda se preparara para meter un giro de guión, algo inesperado e inusual en pleno clímax de la saga... pero Zoro mismo ya advirtió a Elizabello que se guardara su superpuñetazo.

miércoles, enero 14, 2015

Tales of the final quest

Shingeki no Bahamut - Genesis

Había descartado este anime en un principio porque la premisa de estar basado en un juego online cartas no me llamaba demasiado. No obstante, finalizada la temporada, es una de las series que mejores críticas ha tenido y me he animado a verla. Consecuencia, decepción.
Bahamut no es un mal anime, digamoslo de primeras. Pero tampoco es un anime excepcionalmente bueno. Es una serie que te sorprenderá para bien si la ves sin expectativas, pero que te decepcionará si tienes unas un poco altas.
Es una serie de fantasía medieval. Bien. Es un género no tan común como a mi me gustaría. Ahora bien, la historia y su desarrollo son... más discutibles. Es la adaptación de un videojuego, aunque sea uno de cartas, y se nota. Hay cosas que funcionan en ese medio, y que no funcionan tan bien en otros. Con ello quiero decir que la historia de una pareja de amigos enemistados (uno honorable, el otro canalla) unidos para salvar a una chica que es la clave del apocalipsis, rodeados de unos secundarios carismáticos y extravagantes en un videojuego funcionará... porque ahí la historia es lo de menos e importa el carisma y la empatía que uno pueda desarrollar por los personajes (o las cartas en este caso). En un anime no funciona tan bien. Y eso es lo que he visto en esta serie, una historia pura de videojuego en un medio que no es un videojuego. He visto eso y los peinados más horribles que he presenciado en mucho tiempo, dicho sea de paso.
 No obstante, es una serie seria. Respeta a sus personajes y los trata bien. Respeta su trama y apuesta por el drama a pesar de algunos momentos de absurdo. El ritmo es bastante elevado y uno no tiene la sensación de que la trama se estanque nunca. Y visualmente es una serie muy atractiva, con algunos diseños (sobre todo del grupo protagonista) que se salen de lo habitual y una animación muy buena (aunque abusa algo del ordenador en los gigantescos dragones).
Es una serie correcta, no tan mala como pudiera parecer a priori por mi negativa crítica, pero no tan buena como internet me había hecho creer.

domingo, enero 11, 2015

La más amarga comedia

MOMENTO MÍTICO 52 - El apartamento

El origen de esta película es tan mítico como definitorio de lo que era un guionista de la talla de Billy Wilder. En una ocasión la propusieron una historia en la que un hombre engañaba a su mujer con otra, usando de picadero el piso de un empleado. Eso sería un éxito seguro en la mente de un productor de los 50, pero el director pensó que la verdadera historia estaba en el hombre que alquilaba su piso para que otros se acostaran en él. Y así nació una de las mejores películas que he tenido el placer de ver.
A pesar de que su mensaje final es bonito y esperanzador, "El apartamento" es una comedia muy amarga. Cierto que al final los personajes de Jack Lemmon y la Shirley McLaine más hermosa que jamás he visto se redimen recuperando su dignidad y comienzan a atisbar una vida más noble, pero la película refleja con una crueldad muy medida una sociedad que no dista mucho de la actual. El como los jefes explotan las esperanzas de los trabajadores o el como simplemente los egoístas se aprovechan de los sueños de las buenas personas está crudamente retratado en la película. La comedia amarga y mil y un metáforas bañan la triste vida del protagonista y su eterna negación de la realidad.
La película, una de las últimas ganadoras de los Oscar en blanco y negro, tiene una fotografía magnífica, con un uso descorazonador de los grandes espacios y las multitudes que se contrapone a la soledad del protagonista en su apartamento. Los secundarios, si bien tienen una misión cómica, se manifiestan también como voces de la conciencia del protagonista o del pensamiento de la sociedad con algunas líneas de diálogo con brillantes dobles sentidos. Los actores, sencillamente, están magníficos, con un Jack Lemon que explota todo su saber hacer cómico para otorgar al protagonista un patetismo y una vulnerabilidad desgarradores. Los diálogos de la película con lentos en comparación con otros de Wilder, lógico porque aunque se venda como una comedia la película esta muy cerca del drama (aunque hay que decir que, sobre todo al principio, Wilder tira de su velocidad punta para definir ansiedad y estrés bajo una capa de comedia). El ritmo, rápido en un principio, se ralentiza a mediados de la película para dar margen a silencios e interpretaciones más gestuales que hablan por la realidad de los personajes en contraposición a unos diálogos con los que tratan de autoconvencerse negando esa realidad; recursos estos -como el del espejo o la llave- que muestran lo trabajado de su genial guión.
Con más de medio siglo a sus espaldas, la película ha envejecido fenomenalmente, siendo uno de los máximos exponentes del trabajo de uno de los mejores guionistas y directores de la historia del séptimo arte: Billy Wilder.



El siguiente momento mítico nos recordará que la Madre Rusia pudo haber resistido la marcha de la grande armee y la blietzkrieg, pero nada pudo hacer frente al ataque de los tetrimonios.

viernes, enero 09, 2015

Riesgo pedante

El buscón

Me gusta leer, y rara vez me he dejado un libro a medias. Y ello conlleva que muchas veces me he leído bodrios que me han aburrido soberanamente. Me ha pasado con libros contemporáneos y me ha pasado con clásicos, libros a los que huí esperando que siglos de lectores hubieran filtrado correctamente las joyas. Este libro, este clásico, es otro de esos ejemplos.

El buscón de Quevedo es una de esas obras identificativas del siglo de oro español. Es un clásico de la novela picaresca y la única prosa atribuible al autor, y en los análisis académicos que uno puede fácilmente encontrar verá que es una comedia satírica salvaje que describe las adversidades de aquella época, la lucha de clases, la religión y otras cosas así. Es la clásica obra que es un tratado de la época y de la que se pueden hacer comentarios de texto brutales. Pero no estoy en el instituto (donde, por cierto, no creo que sea una obra muy recomendable), ni en una universidad de filología. Leo por placer.

Y aquí tengo que decir que he encontrado una lectura muy poco placentera. El libro es cortísimo, y me ha costado semanas acabarlo. Toda la historia es tan exagerada que no me ha hecho gracia ninguna, cuando se supone que es una de las principales intenciones de la obra. Será una sátira muy inteligente con muchas lecturas, pero me a mi me ha parecido una sucesión de gracias de sal gorda completamente increíble. Y para colmo de males, aunque era algo previsible, estamos hablando de castellano de hace cuatro siglos. Arcaísmos los hay para aburrir, y de la mitad de las palabras y las frases uno desconoce el significado concreto. Para colmo, el ritmo es frenético, sucediéndose las acciones una detrás de otra sin interrupción alguna, cambiando actores y escenarios sin contemplaciones. Es una lectura exigente para con el lector.

Es posible que no la haya leído en las mejores condiciones. Es posible que esperase otra cosa y no me haya entrado bien por ello. Es posible que este no fuera el momento de mi vida en el que mejor encajase este libro. Si alguien me dice que este libro es muy bueno, no se lo discutiré. Muchos lo han leído y a muchos les ha encantado. Pero al menos a mí me ha parecido una lectura dura, densa y poco divertida. Una lectura que no recomiendo bajo ningún concepto.

martes, enero 06, 2015

La peor Star Trek. La mejor Star Trek.

Star Trek: Espacio profundo 9

Cuando uno piensa en Star Trek, piensa en el capitán Kirk (ver reseña) o en su sucesor calvo de ascendencia francesa (ver reseña), sin embargo la franquicia va más allá de esas series y tiene otras menos conocidas pero no menos dignas de mención. Espacio profundo 9 es una de esas series. No diré que es recomendable, diré que sencillamente es mi serie trekkie favorita.


La caravana hacia las estrellas en guerra.

Esta fue una serie que comenzó al tiempo que todavía se emitían las dos últimas temporadas de "La nueva generación", y posteriormente se solapó con las cinco primeras de "Voyager", siendo siempre una serie poco publicitada y posiblemente la más calificable como "spin-off" dentro de la franquicia. Es una serie extraña dentro de este universo, polémica entre los seguidores por la ausencia de un auténtico viaje. 
La acción tiene lugar en una base estelar en lugar de en una nave que viaja intrépidamente a donde nadie ha llegado. La DS9 es una base estelar que custodia un agujero de gusano que conecta el espacio de la Federación con un cuadrante desconocido, con lo cual verdaderamente si hay exploración en el sentido más clásico de la palabra. Especialmente en sus primeras temporadas, el casting principal viaja a otros planetas y regiones y se enfrenta a razas desconocidas y fenómenos extraños. Así mismo, tampoco es extraño cuando estos sucesos viajan directamente hacia ellos y la acción tiene lugar en la propia estación espacial.
La exploración existe en la serie, aunque es justo decir que en una escala menor que en el resto de series. Quizás por influencia de la exitosa "Babylon 5", lo cierto es que el enfoque de esta serie es distinto al del resto. Normalmente en cada episodio de una Star Trek los protagonistas se enfrentaban a un suceso particular que hacía que nos planteáramos alguna de las preguntas clásicas de la ciencia-ficción, pero esa pregunta era irrelevante en el siguiente capítulo, donde otro reto esperaba. Esta dinámica se rompe en  DS9. Aquí la acción es continua. Los protagonistas no viajan, permanecen fijos en un mismo escenario.
Viajeros van y vienen por la estación, y las aventuras se suceden, pero hay un componente de vida diaria, de convivencia, que apenas se explotaba en las otras series y que aquí se desarrolla en toda su plenitud. Y sobre todo, es una serie con política, con mucha política. La DS9 está colocada en una zona prácticamente en guerra que por avatares del destino se ha convertido en una importantísima frontera comercial, eso significa que los protagonistas han de actuar como embajadores y diplomáticos ante una corte de secundarios muy extensa. Hay muchos frentes problemáticos rodeando la base, y todos ellos se desarrollan a lo largo de las 7 temporadas de extensión de la serie. En la serie original y en "La nueva generación" teníamos algunos conflictos de fondo contra los klingons o los romulanos, y había algún que otro personaje recurrente como Q, pero normalmente si los personajes iban a alguna guerra se olvidaban de ella casí de inmediato. No aquí, aquí vemos evolucionar la política de Bajor y de Cardasia, vemos gestarse toda una guerra y vemos grandes cambios en las grandes potencias del cuadrante. Y sobre todo vemos como todos estos cambios afectan a los personajes. Las otras series se preocupaban de mostrarnos dilemas para preguntarnos como reaccionaríamos ante ellos. Esta serie se centra más en las vidas en sí de los personajes, vemos como poco a poco van cambiado y sucediendo cosas a su alrededor que les obligan a actuar de una forma u otra. 
Mientras las otras series siguen a un grupo de exploradores, esta serie intenta imaginar como podría ser la civilización dentro de varios siglos. Esta serie no explora el universo, explora la propia condición humana.
Admitamoslo, todos queríamos ver esto
Y explora la guerra. En la serie original teníamos las escaramuzas que la tecnología dejaba y, más allá de algún rayo lo único que podíamos ver era a Kirk pelear en tiempo bala contra un gorn. En "La Nueva Generación" tuvimos Wolf 359, pero apenas fue nada. En "Voyager" tenemos la guerra Borg-8472. Pero eso es nada. aquí tenemos una verdadera guerra. Toda la serie desprende un aire oscuro y catastrófico que cristaliza en sus dos últimas temporadas, ya puramente bélicas. Y ahí batallas, batallas con miles de naves que no se limitan a planos de 30 segundos. Episodios enteros de batalla que, dejando a un lado las entrañables y cutres explosiones de pantallas de control de los puentes, son realmente espectaculares y han envejecido excepcionalmente bien.
Pero el espectáculo y la pirotecnia no son el objetivo de la serie. DS9 llega donde ninguna otra serie de la franquicia ha llegado, mostrando el absurdo de la guerra, narrándonos masacres desde la óptica de civiles, colocando cámaras en los hospitales de campaña, mostrándonos conspiraciones de políticos y arrastrando a los personajes a un torbellino de oscuridad que los despoja de los valores que creían más inherentes a ellos mismos.

Una Babilonia de klingons y romulanos. 

Y siendo la serie que menos puede considerarse de "Star trek", es también la serie que mejor explota su universo. Hay mucha cultura popular en torno a esta franquicia, y creo que sinceramente la inmensa mayoría de ella esta construida sobre esta serie.
En verdad en el resto de series las razas están por exigencias del guión, pero apenas sabemos nada de ellas más allá de las necesidades del guión del episodio de turno. Cierto, en "La Nueva Generación" hay un arco importante relativo a la sucesión del Imperio Klingon, y la presencia de Worf en la tripulación hace que conozcamos algo de esta raza, pero no dejan de ser conocimientos tan superfluos como los que descubríamos de los vulcanos gracias a Spock (aunque esto es algo que cambia a lo largo de la serie y poco a poco las aventuras de Picard y cía se hacen más ricas en este sentido). 
Podía decirse que en cada episodio de las series precedentes la Enterprise viajaba a un planeta y descubríamos una nueva civilización. En DS9 eso cambia, ocurre de vez en cuando, claro, pero comenzamos a convivir con las razas más importantes de la galaxia y a descubrir de ellos sus tradiciones y formas de vida. En los 60 y 80 era algo casi impensable, pero ya en los 90 esta serie es muy consciente de lo que son palabras como "universo expandido". Así pues hay planetas que comienzan a ser recurrentes como Rysa, hay una historia precedente que lo condiciona todo como los acuerdos de Khitomer o la ocupación cardasiana, y hay razas que tienen toda una forma de vida tan respetable como la terrestre. Es en esta serie donde conocemos de verdad a los klingons, donde vemos muchos matices de su sociedad aunque sea en ocasiones como recurso cómico. Es aquí donde conocemos algo más de los romulanos. Y es aquí donde descubrimos toda la civilización ferengi.
En DS9 no existe sólo la Federación, existen muchas culturas distintas entre ellas, y la serie intenta imaginar como sería la convivencia entre ellas.
El respeto y cariño de la serie por la franquicia es increíble
El equipo de la serie ama la franquicia y esto no sólo se nota en el respeto con el toca a sus razas y como expande sus culturas. Siendo la más oscura de todas las series es también la más cómica y autoparódica de todas ellas. Las referencias a otros eventos y personajes de la serie son constantes (aunque naturales y fluidas), y además del mítico episodio de los tribbles tenemos también una dimensión alternativa heredada de la serie original. Personajes de "Voyager" y "La Nueva Generación" aparecen. Tenemos algunos episodios absolutamente surreales de comedia y esta es, probablemente, la única serie de la franquicia en la que los episodios de la holocubierta no son mayoritariamente un horror.

La oscura galaxia de la sección 31.

El honor exhacerbado de los klingons o la avaricia de los ferengi son tan respetables y justificables como los principios de la Federación. La serie lo plantea. ¿Por qué nuestros ideales son mejores? ¿Por qué hemos de imponerlos? Nuestra visión del universo es "nuestra", no es la única, no es la mejor, como tampoco es la peor, sencillamente es la nuestra. Cada persona es un mundo e interpreta cada acontecimiento de una forma, y lo mismo sucede con las civilizaciones. La tripulación de la DS9 tiene varios integrantes que no pertenecen a la Federación y tiene una forma distinta de pensar al idealismo que esta supone, lo cual conlleva un choque de ideas y de conceptos muy sugerente.
Y llegamos así también a los gloriosos grises de esta serie. Con Kirk, y sobre todo con Picard, veíamos una Federación luminosa. Un futuro brillante al que aspirar. Ese futuro desaparece en DS9. Aquí los protagonistas son machacados una y otra vez por problemas con los que han de convivir, y la serie adopta un enfoque más práctico y realista. Los personajes quieren hacer lo correcto, pero estas decisiones les llevan al límite y a veces sencillamente la oscuridad les arrastra. No hay un personaje puro en la serie, ni siquiera el riguroso y justo Odo está exhento de algún gris. 
La oscuridad de las decisiones tomadas en tiempo de guerra.
Impensable en otra serie de la franquicia.
Y todo esto culmina con ese brutal añadido que es la Sección 31. El futuro que Star Trek plantea puede ser muy brillante, pero al final los hombres somos hombres, y la serie no duda en plantearnos hasta podemos llevar nuestros ideales. ¿Cúal es el precio de nuestras convicciones? ¿Hasta que punto el fin justifica los medios? ¿Qué sacrificios merecen la pena? ¿Podemos librarnos en verdad de nuestros demonios internos? ¿Podemos conservar nuestra integridad cuando somos llevados al límite? ¿Seguimos siendo en el fondo animales preocupados por la preservación de la especie?
Esta serie se escribió en los 90 y escapó a la autocensura paranoica que imperó en muchas series tras el 11S. La ausencia de miedo de la serie provoca que haya envejecido excepcionalmente bien, planteando cuestiones y debates sobre seguridad y libertad, sobre la moralidad de nuestras acciones, sobre los actos y las consecuencias. Debates que nunca caducan.

Justicia sólida.

Naturalmente, he de hablar de Odo, aunque es difícil hacerlo sin destripar varias de las principales sorpresas del desarrollo de su personaje. Un personaje tan entrañable como triste se erige en el gran faro moral de la serie. Odo no sólo nos pregunta hasta donde estamos dispuestos a llegar por aquello que es correcto, sino que incluso nos hace plantearnos hasta que punto puede una mente sobreponerse a las necesidades y los instintos del cuerpo que la aloja. Un personaje fuera de lugar, superior a todos pero al mismo tiempo inferior por su refrescante ingenuidad. Odo retoma el rol de búsqueda de humanidad que tenían Spock y Data en las series precedentes, añadiéndole aquí preguntas sobre la naturaleza humana desde la óptica de un observador superior y enarbolando como pocos la bandera de la tolerancia hacia lo que es distinto.
Allí donde ningún romance ha llegado
Y al hablar de Odo he de hablar del Dominio. Curiosamente esta serie tiene con ellos y con Dukat a los mejores enemigos de la franquicia. El Dominio está constituido por Dioses asustados. Una entidad tan superior, tan distinta al resto de criaturas que no puede considerarse igual de ninguna forma. Y sin embargo actuan regidos por el miedo, por el odio a haber sido marginados y perseguidos durante toda su vida, por el recuerdo a la debilidad individual. En una serie tan oscura, no tendrían sentido unos enemigos de un imperio expansionista (de hecho hasta Dukat muta en este sentido, en un giro que he decir que es algo raro y no termina de funcionar). La lucha contra la paranoia llevada al extremo que rige al Dominio es un mensaje mucho más acorde con la serie.

De profetas y serpientes.

Si había algo que me daba miedo en esta serie era su premisa inicial. Lo poco que vimos de la alferez Ro y los bajorianos en "La Nueva Generación" los convertía poco menos que unos refugiados judíos que habían sido ocupados por unos nazis en forma de cardasianos. Las perspectivas no eran buenas. Además la idea de los maquis, una especie de resistencia de guerrilla, no ayudaba. Y para colmo teníamos religión.
Y sin embargo la serie no sólo sobrevive a esta premisa, si que no que intrépidamente se adentra en terrenos muy pantanosos. Ni los bajorianos son unos santos, ni los cardasianos unos déspotas. Obviamente no se posiciona a favor de la invasión, pero ni mucho menos ofrece una visión sesgada y maniquea de esta. Vemos el conflicto desde la óptica de los oprimidos, teniendo aquí una visión tanto de los guerrilleros como de la resistencia pasiva, se valora aquí hasta que punto es útil la resistencia e incluso el muy puntilloso tema de los colaboracionistas. Igualmente vemos la óptica de los soldados opresores, intentando algunos de ellos ser justos y otros estando sencillamente arrastrados al conflicto. Vemos el conflicto desde la óptica de los civiles y de los soldados, de los vencedores y vencidos. 
La serie hace equilibrios al añadirle a esta guerra y ocupación, a la que tan facilmente se le puede buscar un paralelismo en nuestro mundo, connotaciones religiosas. Haciendo que nos cuestionemos la fé de un pueblo y que pensemos algo tan obvio como donde están los dioses cuando se les necesitan. La visión de los Profetas quizás peque de ser demasiado benigna, y sobre todo en su recta final la serie opta por una solución fácil con los Pal-wraith, pero las preguntas no dejan de estar ahí y en este sentido me gusta que incluso podemos extender las cuestiones religiosas al Dominio, con el que la serie encuentra un interesante paralelismo religioso con respecto a Bajor.
Aquí también tenemos la muy peliaguda figura del capitán Sisko como el Emisario. La serie lo usa un poco como comodín para reforzar la situación del capitán y darle algo de fuerza en un marco en el que normalmente no tendría apenas poder. Es una parte muy peligrosa de la trama a nivel de guión, pero creo que más o menos sobrevive a ella y se hace creíble. En algún momento los guionistas lo usan para alguna trampa, pero en general está bien llevado y no se convierte en el gigantesco "pero" que uno esperaría al principio de la serie.
Y ya puestos a hacer equilibrios, la serie se quita cualquier red de seguridad y no duda en mostrar como se usa la religión, así como la guerra, y la propia paz, en la política. Ningún bando tiene el monopolio del bien o el mal, este puede encontrarse en cualquier persona, ya tenga una nariz extraña o una cuchara en la frente.
La joya de la corona de los secundarios
Y aquí me es imposible no mencionar a Garak y Dukat. Gracias al desarrollo continuo de la serie, podemos ver al que probablemente sea el mejor y más ambiguo secundario de la franquicia, así como al más carismático de todos sus villanos. Los secundarios recurrentes son uno de los grandes aciertos de esta serie, y eso con esta pareja de cardasianos y el gran número de grises que aportan, con los que la serie consigue elevarse un poco más y ofrecer una visión de la ocupación y los opresores más compleja y gratificante.

Kirk sólo era un profeta de la sobreactuación

Y con este par de memorables secundarios, pasamos a los personajes. Star Trek siempre suele tener grandes personalidades, pero en esta serie encontramos muchos, muchísimos personajes que evolucionan a lo largo de las temporadas. Picard y Data evolucionaban en "La Nueva Generación", como también lo hacían en menor medida Worf, Riker y el resto. Janeway también evoluciona, como 7 de 9 o el Doctor. Pero nada de eso es comparable al jugo que le saca DS9 a sus personajes, donde incluso consiguen sobreponerse a la baja de Terry Farrell como Jadxia y encontrar una eficaz Ezri.
Tenemos la evolución de una gran pareja de amigos extremadamente distintos como son O´Brian y Bashir. Tenemos una guerrillera obligada a vivir en la terrible paz como Kira (e imposible aquí no mencionar su versión "alternativa"). Tenemos a una criatura con 8 vidas a sus espaldas. Tenemos a un klingon que continua buscando su lugar en la galaxia. Tenemos a la criatura más solitaria y trágica de toda la franquicia con la forma nítida de Odo. Tenemos generales klingons y romulanos, y tenemos todo tipo de cardasianos y bajorianos que muestran que ni unos son los malos ni otros los buenos. 
Y tenemos a los ferengis. En "La Nueva Generación" aparecían como unos grandes villanos, y creo que eso se pierde y que es una lástima. Pero Quark y los suyos dan grandes momentos. Tienen un papel principalmente cómico, pero las verdades que espeta ese cantinero ocasionalmente en sus escenas con Odo y Sisko son brutales y le convierten seguramente en el personaje más realista de la serie (o al menos en el más comprensible desde la óptica de un ciudadano de nuestros días). Y Nog y Rom, dos personajes inicialmente creados como meras comparsas cómicas se convierten en un momento dado en auténticos filones para los guionistas de la serie.  
E igualmente que la serie aprende a explotar a los ferengis, sabe cuando ignorar a Jake. Jake, el niño, el candidato a nuevo Weasly. Este era un personaje que no hacía presagiar nada bueno. Y saliendo en los títulos de crédito, la serie... pasa de él. Nog, su amigo, tiene un rol mucho más importante. Y Morm sale en más episodios. Sin embargo Jake es un personaje que hace algo muy importante, no estorba. Jake es un personaje capital para el desarrollo de la serie, pero no está cuando no es imprescindible, y la serie no busca el drama fácil con su padre. Y cuando aparece, sencillamente protagoniza algunos de los mejores episodios de la serie, ya sea en el plano sentimental o para recalcar alguno de los mensajes de la serie. 
Y obviamente tengo que acabar con el capitan Sisco. Avery Brooks no es el mejor actor del mundo, y su capacidad de sobreactuación deja en ridículo a la del capitan Kirk, por increible que pueda parecer. Pero Sisko funciona. Siendo un personaje casi bipolar y paródico, funciona. Conforme avanza la serie funciona mejor. Sisko es un militar fuera de su entorno al principio, y conforme la trama nos transporta a una guerra su carácter encaja más con la historia. 
Kirk era un aventurero. Picard un diplomático. Janeway una científica. Sisko es un militar. El idealismo de la Federación de su contemporáneo Picard está en él, y cree en él con todas sus fuerzas. Pero es un personaje más realista, y por ello su progresivo viaje hacia los infiernos de la condición humana funciona mejor que la obsesión de Picard con los Borg. Sisko es un hombre de acción, un comandante que no dudaría en sacrificarse por aquello en lo que cree, y por ello el mensaje antibelicista de la serie funciona bien, porque vemos su desesperación cuando comprobamos que todos sus sacrificios y los de todos sus hombres apenas sirven ante el monstruo de la guerra.

Qapla'

Y así finaliza mi reseña de Star Trek: Espacio Profundo Nueve. No es una serie perfecta, se le puede achacar que su ritmo es mejorable, especialmente en sus primeras temporadas, donde tarda algo en arrancar. Se puede criticar algo la calidad de sus interpretaciones. Se puede decir que el guión de algunos episodios es flojo. Pero todo ello son cosas comprensibles en una serie de casi 180 episodios de los 90, donde las cosas se hacían de otra forma. Esta es una de esas series que comenzaba a mostrar las virtudes de una narración continuada, y lo hacía recogiendo el testigo de un cuarto de siglo de cultura de viaje hacia las estrellas. No es una serie fácil de primeras, es oscura y tosca, y necesita de cierta cultura trekkie para ser disfrutada.
Pero una vez uno de sumerge en ella encuentra personajes fascinantes como Odo, Quark, Garak o el mismo Sisko. Una vez uno se sumerge en ella encuentra un retrato de la guerra para nada idealizado. Uno se encuentra ante la ciencia-ficción más oscura, aquella que te que recuerda la oscuridad que hay en la condición humana. Uno se encuentra mirando al abismo que te devuelve la mirada.
Intensa y emotiva, terrible a la par que esperanzadora, divertida y espectacular. Espacio Profundo Nueve puede ser la peor de las Star Trek habida cuenta del concepto de estas. Y quizás sea la peor de sus series, pero al mismo tiempo es una de las mejores series que he tenido el placer de ver.

domingo, enero 04, 2015

La fruta podrida

Grisaia no kajitsu

No soy un experto en novelas visuales, pero si uno se interesa un poco en el mundillo descubre que esta saga es una de las más reputadas. Era bastante desconocida en relación a otras, y este anime tenía como principal objetivo la promoción de la franquicia. Creo que ese objetivo lo consigue, pues cualquiera que pase de los horrorosos primeros capítulos descubrirá que la saga apuesta a lo bestia por sus historias. Unas historias oscuras como ninguna que haya visto en una serie de este tipo.
Ahora bien, Grisaia no es un buen anime. Tiene una segunda mitad muy buena, en especial sus últimos cuatro capítulos (el penúltimo episodio de la serie es de lo más perturbador que he visto en anime). Pero tiene una primera mitad bastante flojita. 
Así pues, tenemos una serie con unas historias muy potentes y unos personajes interesantes, lastrada por unas decisiones de producción muy discutibles.
El primer problema es el diseño de los personajes. He buscado el nombre del culpable y todo, un hombrecillo (o una mujer, da igual) llamado Watanabe Akio. Me encantan sus diseños de Monogatari. Pero me encantan en Monogatari, no quiero verlos en esta serie. Cuando tenemos un personaje que ataca al protagonista con un cutter, no se puede utilizar el diseño de Senjougahara. No se si este hombre podría haber hecho un trabajo algo más diferenciable, o si la solución en si habría sido tener a otro diseñador de personajes... pero los diseños de la serie sencillamente no funcionan. 
Estos diseños chocan de primeras, y en los primeros minutos de la serie uno ha de sobreponerse a otro problema: el fanservice. Fanservice absurdo en forma de planos de las bragas de todas las tías y cámaras colocadas puntualmente en ángulos para nada naturales. Grisaia tiene una buena historia, no necesita de este "plus", si es que puede llamarse así. La visual novel original tiene su parte de eroge, pero esta no es imprescindible en las primeras partes de la historia. Hay algunos arcos con un fuerte componente sexual y no me quejo en este sentido, pues son parte de la historia y funcionan bastante bien. Pero todo el fanservice inicial sobra.
Y luego está la duración de la serie. 13 episodios son, a todas luces, pocos para las historias narradas. La serie habría salido ganando con el doble de episodios, y no me disgustaría una narrativa a lo Amagami por arcos. Pero, sencillamente, 13 episodios no bastan para contar cinco arcos argumentales, y ello se traduce en unos primeros episodios en los que se avasalla al lector con demasiada información que parece irrelevante (y aquí los diseños hacen pensar al espectador que se encuentra ante otra Monogatari) y luego los arcos se suceden con una velocidad increíble. No deja de sorprenderme como resumen de una forma efectiva las rutas de dos heroinas en un par de episodios (no dos para cada una de ellas, dos en total, y una de estas chicas es la que parecía la protagonista). Luego tenemos otro par de chicas que reciben, esta vez sí, dos episodios por cabeza, y que funcionan muy bien aún a pesar de sentirse ya apresuradas. Y luego ya un último arco de cuatro episodios para "la ganadora" que es una auténtica salvajada.

Grisaia no es un buen anime, pero tampoco me parece un mal producto y me transmite sobre todo la sensación de la novela visual en la que se basa es muy, muy buena.

viernes, enero 02, 2015

La guerra de los 100 años, en 100 segundos

Madan no Ou to Vanadis

Vanadis es una mala serie. Así de sencillo. No la recomiendo, y admito que si la he visto ha sido por algo tan raro como que encantaban los primeros segundos de su opening. Eso y que tenía algo. Vanadis es una serie de fantasía medieval, de guerras y de política, y todo eso me encanta. Es una mala serie, la pena es que podía haber sido bastante decente.

Vanadis tiene fanservice, digamoslo de primeras. Tiene un grupo de siete tías con armas heredadas de dragones que son la punta de lanza de varios ejércitos, y son tías de tipo anime: tenemos a la prota pechugona y cabrona, a una tia plana y tsundere con la que la anterior se mete, a una rollo maternal, a una con pinta de sádica, a una loli etc, etc. Y si la serie tiene ocasión de mostrar carne, la muestra. Esto es bastante insultante, y es una pena, porque la historia funcionaría bastante bien sin este factor. Los protagonistas masculinos caen bien, y tanto ellos como las femeninas están inmersos en una gran guerra civil y la serie tiene mucho de estrategias y políticas.

El fanservice está ahí. No aporta nada y gasta algunos minutos. Pero no es el problema de la serie. El problema es que la serie de 13 capítulos adapta 5 novelas. Su ritmo no es malo, ni tampoco lo siguiente, está todavía más lejos. La velocidad con la que se sucede todo mata la serie. Un personaje puede aparecer y parecer ser importante, para morir casi a continuación con una escena que presuponiblemente debería tener una carga dramática que en verdad no tiene. Los conflictos políticos y las conspiraciones se explican en unos pocos minutos, y antes de que acabe el episodio ya tenemos una batalla inmensa como consecuencia de ello. Pero pasa tan poco tiempo que la serie no tiene tiempo de construir un escenario de tensión; y si las tramas se suceden rápido, lo mismo pasa con las batallas, donde muchas veces vemos un mapa y se representan los movimientos de los ejércitos con figuras. Lo triste es que la trama política no está mal, y ahí algunas ideas francamente buenas para las campañas militares, donde la estrategia es determinante. Pero todo eso, por simple falta de tiempo, no funciona.
La animación es irregular, con momentos buenos y con otros francamente cutres... y con abuso del ordenador para animar ejércitos que en ocasiones canta mucho. De los diseños poco se puede decir, muy genéricos. 
Una serie que, tristemente, no puedo recomendar. Una serie con potencial que, caso de haber sido adaptada en 24 episodios, podría haber estado bien. Por desgracia, no ha sido así.